jueves, 30 de diciembre de 2010

Cemento frío

Ni un email ni una llamada, el cielo amenaza y ahí fuera, en un infierno de asfalto nevado, los coches se quejan con sonido de eunuco, o de cuco. No existe mejor día para pasar inadvertido, hundido entre las sábanas donde tan sólo escalan ecos de furia por la fachada de mi casa, clavando sus garras en el ladrillo se cuelan por una esquina rota de la ventana por la que salía el humo del tabaco en verano. Pero llegan débiles, tan débiles como mis ganas de asomar un pie que haga de periscopio. Ya no distingo entre el techo y la palma de mi mano, ambos mapas conducen al mismo callejón sin salida, sin ti y sin mí. Sin titubeos, sin miramientos, sin un email ni una llamada.
Tan vacío como los vasos de madrugada.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Te buscaré

Todos somos demasiado pequeños para aceptar lo que la vida nos ofrece. La capacidad de asimilación de Jorge no está reñida con su ilusión. Ojiplático devora el mundo que le rodea, palpa, saborea y llora cuando aprende a no hacer.
Jorge no es como yo (dosis de egocentrismo que para eso soy el titular y esclavo fantasma de mis palabras). Jorge tiene los pulmones rosados y no conoce el dolor, Jorge es feliz y tiene los potitos de pollo, verduras y frutas cayendo del avión hacia su calva boca. Nada que ver con los tortazos que se dan en África o en Palestina por una bolsa de alimentos. Jorge no sufre y su cuna es un arcoiris de plástico que reproduce el sonido del entretenimiento pasivo que unos padres no pueden mejorar.
Jorge no es como yo.
Jorge tiene paseos en clase business y yo voy metido en una maleta que nadie recoge, o que se olvidan recoger.
Yo estoy borracho y he acabado solo, pero no es algo especial. Acabo así cada noche folle o no folle. Y ella es la única que me entiende, y todavía ni siquiera la conozco del todo. Ella está esperándome tumbada desnuda en la cama, viendo la televisión o duchándose de madrugada para no caer dormida. Siempre que me duermo ella se va.
Pero me cuesta tanto...

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Nueva vida

El día rozaba la oscuridad del invierno finlandés. Eric estaba sentado fumando un cigarro en un cuarto que hacía de espejo al día, parecía una película de esas en blanco y negro en las que el tiempo gotea lentamente sin llegar a agonizar y en las que el humo del tabaco es otra cortina más de la casa. Eric fumaba sin prisa con los ojos clavados en la diana de la mirilla mientras un iceberg se hundía en un whiskey que rozaba la soledad. Esperaba una carta, o quizá algo más, pero su fachada no revelaba ninguna pista acerca de lo que podría o no ser. Perfecto jugador de poker de no ser porque estaba en la quiebra. Una casa en alquiler de 40 metros cuadrados a las afueras de Londres no era precisamente la respuesta que él esperaba de la vida. Fred, su casero, miraba al sucio techo del pasillo y espiraba lenta y concienzudamente antes de llamar a su puerta cada fin de mes. Últimamente se volvía con excusas que reproducía a su mujer encorvado y con las palmas hacia arriba como pidiendo el dinero que no le daba su inquilino.
Llamaron a la puerta.
-¿Es ud el señor Banungham?
-Sí.
-Aquí tiene. ¿Me haría el favor de firmar aquí?
-Por supuesto.
Firmó sin apenas mirar dónde y elegantemente abofeteó la cara del cartero con la brisa de la puerta. Con paso firme se dirigió a la mesa sembrada de colillas y apartó un vaso amarillo ahogado. Con brío abrió la carta y leyó con ojos de aguja.
El seguro de vida de su mujer le daba 200 mil libras esterlinas.
Realmente fue un trágico accidente. Ella apenas sabía nadar y él necesitaba el dinero.
Rápidamente llenó un vaso de whiskey y encendió otro cigarrillo.

martes, 21 de diciembre de 2010

Ahora me acuerdo de que se me olvidó algo

Se me olvidó escribir subiendo de camino a casa. Se me olvidó dónde vivía bajo la espesa lluvia de metralla.
Se me olvidó.
Se me olvidó pagar al camarero. Se me olvidó la cartera no sé dónde y se me olvidó subirme la bragueta.
Se me olvidó.
Se me olvidó decirte que te odio con una o tan grande como un 0. Se me olvidó mear y limpiar mi asquerosa boca.
Se me olvidó.
Se me olvidó ser como soy y como he sido. Se me olvidó cambiar y cambiarme de adjetivo.
Se me olvidó escuchar el agua, la alcantarilla y su garganta. Olvidé pararme en aquel portal, sentarme y escuchar al mar hablar. Se me olvidaron tantas cosas que...

jueves, 16 de diciembre de 2010

Volviendo a casa

Lo bueno de volver a casa solo es que el camino te da tiempo para pensar. -4º a las 4:10, 4,10€ el paquete de camel y 4€ los que me quedan en el bolsillo (siempre al borde del aprobado). Bonita manera de comenzar la semana. Nada más que pensar...
La noche vivió tranquila, bebimos hasta empezar a ver la vida sin veda ni venda. Ojos abiertos como pulmones y corazones en contracción por la acción de. Sin reacción seguimos la pauta que apuntaba en dirección a. Mañana no existía hasta hoy, hasta ahora. Qué importa ahora cuando vivía en un pasado que ha arrasado hasta dejar la tierra plana y baldía.
Lo bueno de volver a casa solo es...

martes, 14 de diciembre de 2010

El cincuenta por ciento es siempre más o menos

-Qué débil es el ser humano.- Pensaba mientras veía cómo se iba disolviendo en el retrete aquel trozo de papel empapado de sangre que procedía de mi nariz.
Es increíble cómo un gesto apenas perceptible es capaz de estrangular como la mejor de las cuerdas de un piano. Tocar sin tocar, herir a metros, kilómetros de distancia. Es el fantasma que hunde sus uñas donde uno no se llega, cuando el frío congela la llama y la convierte en daga o flecha acusadora, dependiendo siempre de la distancia.
Las raíces rojas crecían en el agua a medida que desaparecían mientras mi nariz tragaba con la mayor de las fuerzas la sangre que no había conseguido salir de allí en un intento de regar el cerebro, buscando el colocón perfecto. Fue un acto inconscientemente vital, como respirar. Recuperar la sangre exiliada era imposible pero no empapar mis tejidos con los glóbulos oxigenados que la curiosidad hizo goteras en mi fosa.
Todo vale en el gran juego*, mantener el equilibrio entre fuerza y debilidad era lo único que deseaba. No quería tener más poder del que mi cuerpo me limitaba, es más, anhelaba ese equilibrio. ¿Alguna vez has buscado emborracharte sin pasarte buscando ese estado ebriamente controlable? Algo así busqué, ser lo suficientemente fuerte pero también lo suficientemente débil. Lo quise todo y ahora sólo tengo unas gotas de sangre menos.


*Rudyard Kipling, Kim.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Paseando por blogs

¿Desaparece nuestra ética cuando nos sacan las muelas del juicio?
Fumamos por aburrimiento, bebemos por diversión y por falta de coraje, por echar el ancla en un escote y gritar "¡Al abordaje!". Trabajamos esperando el cierre y esperamos que nos abran la puerta cuando no trabajamos. Vivimos por nosotros mismos, por él o por ella y cuando estamos solos nos faltan razones para sonreír. Nos quitan el amor propio que hemos dado y nos dejan desnudos, acobardados y tan sólo podemos escribir cuán roto está nuestro corazón. ¿Para expresarnos? No. Escribimos para que los demás vean lo jodidos que estamos, para buscar aceptación, en definitiva, para ser conscientes que damos pena.
La intensidad de la palabra no se mide en trozos de cristal ni gotas que salpican una almohada.
"Una rosa es una rosa es una rosa es una rosa ..."
Eso mismo es una técnica literaria. La repetición que conlleva a la erosión del significado. La misma erosión que llevamos viendo muchos años en canciones, y actualmente en blogs de chicos y chicas que están, o bien enamoradísimos y hacen una foto de un corazón en un vaso de starbucks, o bien les han dejado y sus líneas son tan repetitivas que las propias palabras carecen de sentido. Busquen sinónimos, antónimos o bien invéntense palabras nuevas. Pero no violen a las letras.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Mañana

No te prometí amor eterno, pero te embadurnaste con tus mejores galas, con tus mejores ganas para verme al día siguiente. Entonces me viste besando a aquel chico, sacaste un cigarro del paquete y lo encendiste, a pesar de haberte fumado uno hace nada.
Luego me viste pero no quisiste hablar conmigo, yo estaba hablando con otro chico. Aún así te acercaste como si no estuviera a tu lado y te dije hola. Comenzamos una conversación que no nos llevaría a ninguna parte y partiste de nuevo con tus amigos. Yo ni me di cuenta y seguí mi guerra.
No te prometí amor eterno, ni cielo ni infierno, ni sexo ni cuernos, ni apuntes en cuadernos...
Ni siquiera sé ni mañana podremos vernos.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Puro teatro

Cuando la puerta abrió aquella llave llovió tanto no vi tu presencia. Bebí tanto que tonto terminé tirando el triste trago en trampolín por mi garganta. Mi cama es vieja, todas sus arrugas son parte de mi escasa presencia de silencio entre muelles y bambalinas.
Puro teatro.
No sé si es niebla o humo, perfume corrupto quizás o palabras entre gente diferente del mismo bar. Mi ropa siempre en la silla, nunca para lavar. Por eso mañana oleré a ayer y ayer olía a lo que tú pensabas antes de ayer.


miércoles, 1 de diciembre de 2010

29-11-10

Van y vienen, se desplazan, suben y bajan, taxi, metro o autobús, besos y maletas, adioses y hasta luegos otro frío lunes.
Un hombre consume su cigarro en la entrada de la estación de autobuses. Advierto por su fachada cierto aire de ultramar. Gorro azul marino, gafas, barba de viejo lobo de mar que dejaba entrever un cuello orgullosamente descubierto cuando noviembre empieza a dar sus últimos coletazos. Apura su humo y desaparece casi sin darme cuenta.
Dentro de la estación la gente duerme. La cafetería llena de medias miradas que atraviesan sin querer cafés, aperitivos, mesas o incluso el suelo. Nadie habla y me siento culpable del contagio anímico de todos los presentes. Me refugio en los lavabos tranquilamente. Su luz es cálida y contrarresta con un suelo líquido y oscuro que se la traga a cada paso. Como en un concurso televisivo compruebo cuál de las puertas azules tendrá el mejor premio, pero no espero y entro en la primera que se encuentra entreabierta (de todas maneras nunca hubiera ganado). Cierro la puerta y mis ojos se hacen oídos. Si en la estación nadie hablaba, los servicios deben de ser lo más parecido a un santuario, o a un cementerio, en medio de la silenciosa marea que apunta a todas direcciones. Hay teléfonos en la puerta y paredes con nombres de hombre rogando amor furtivo. Me bajo los pantalones y me veo en el suelo. Siempre he pensado que un cuarto así sería el perfecto escenario en el que un yonqui terminara con su vida. Allí terminé con parte de la mía, abrí la puerta y me fui sin mirar a nadie.
Era (es) un lunes gris, de esos lunes que pasan desapercibidos, un lunes que llena el baúl de todos esos lunes sin salida, lunes sin solución tangible.
Lunes que se van y vienen, se desplazan, suben y bajan...

Divagaciones inconexas

Le dije a mi carnicero que hiciera de tripas corazón.
Y se hizo cirujano.

lunes, 29 de noviembre de 2010

La casa (28-3-2010)

Vivo en un 3º, exactamente en el 3ºB.
Los vecinos de abajo son una pareja impar de policía y ama de casa bajo cuyo techo impera el poder unilateral de la ebria placa. Discuten por la existencia de imperfecciones provocadas por una mente uniformada que nunca supo amar. La ropa que ella tendía era morada y cuando había cocido para comer los huesos casi siempre estaban rotos. Ambos motivos también desencadenaban disputas con ganador amañado.
Los vecinos que lindan conmigo trafican con ilusiones. Reciben rápidas e inquietas visitas a cualquier hora del día como si fuera una farmacia de guarida (sí, guarida).
Cuando oía al hijo del policía llorar, pegaba la oreja a la pared que me separaba de los drogatas con el único fin de insonorizar aquel llanto. Sus diálogos basados en el esfuerzo por la autodestrucción del ser humano me proporcionaban cierto entretenimiento a la par que aplacaban un dolor intenso que se enraizaba en el piso de abajo y trepaba hasta mi alma.
Intentaban ser discretos pero mi solitaria curiosidad era más fuerte. Deduje que eran bastante sucios y poco hábiles con el menaje del hogar porque la mayoría del tiempo estaban hablando de polvo y cristal. Encerrados en casa con la televisión siempre encendida.
El hombre que vive en el 4ºB se está muriendo. Uno de sus dos hijos en arquitecto y vive en Japón, donde ha logrado ser un famoso y reconocido profesional y el otro se casó hace dos años y casi no les visita. Su mujer ha perdido la batalla contra la enfermedad de su marido y se refugia en el alcohol para mitigar el duro día a día.
Ellos no lo saben pero yo comparto y participo en su existencia, como si fuera parte del público que asiste silencioso y expectante a la representación que alguien tiene de la vida. Una vida miserable, una vida que aspira la vida en cilindros de colores o una vida que está dejando de serlo.
Vidas. Vidas al fin y al cabo que comparten un mismo sol cada mañana, inevitablemente.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Tanto siempre que nunca nada

Eres un ser errante, succionas lentamente consciente del placer que te provoca, es como la coca, como el líquido en tu boca. Sabes que deseas porque existes, te mueves como la guitarra, elevas tu brazo y enseñas las muñecas de marfil, blancas dispuestas a ser mordidas por colmillos de nicotina. Siempre acompañada y tan sola, tan ebria como la mentira, tan bella como el carmín derrapando en tu cara y tan loca como una cabra.
Tanto siempre que nunca nada.

martes, 16 de noviembre de 2010

Pasado imperfecto

Comenzó a enseñar los ríos que la palma de su mano dibujaba donde antes solamente había un puño cerrado como un gran punto y final. Sus ojos despertaron hinchados de albergar tantos recuerdos en una habitación custodiada por la anarquía. Media cama deshecha y miles de banderas a media asta sobrevolaban abatidas sin rumbo buscando medio millar de razones para.
Parece que el dolor desaparece. Un cigarro enciende sus pulmones, cansados de suspirar el insípido aire de segunda mano que le dejó el destierro. Sentado en la cama atravesaba curioso la ventana, trataba de restar importancia al leve dolor que le causaba el mismo latido, la tilde que rodaba hasta un suelo frío lleno de cenizas.
Y parece que el dolor desaparece, se apaga, emigra gramo a gramo y se va cerrando...

sábado, 13 de noviembre de 2010

Huellas en la lluvia

Lo siento pero hoy no he llegado borracho a casa. Siento no tener ese empujón que tantas veces me ha ayudado. No. Hoy no. Parece que se ha ido. Cerró la puerta tan fuerte como el acento monosilábico del agudo y me ensordeció hasta la estupidez. Ya no hay semen que fermente ni mente que sustente esta maceta con brazos de raíz. Ya no hay sol que fecunde la madera en lumbre ni cumbre a la que aspire escalar el hombre.
Sólo hay hambre por la codicia de coser palabras y hacer el mejor de los vestidos. Pero mis materiales son sueños caducos que se quiebran con cualquier gesto y apuesto que la tela se rasgará.
Creo que se ha ido y vosotros, lectores que compartís mi cama, seréis partícipes del abandono. Por eso os dono mis bienes materiales y os condeno al elixir del veneno en vena.
La pena errante que siempre deja la huella del delito del hambriento y su apetito.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Por la noche

Ella le espera en el coche con la música alta, las luces apagadas y mal aparcado. Mira tranquila por la ventana abrigada por la precocidad de la noche otoñal mientras paso a su lado fumando.
Él la espera sentado. Es un bar dedicado a eso y a todos los que nos gusta husmear por los bajos y grises fondos de la ciudad se nos erizan los pelos de la nuca cuando pasamos por su puerta y miramos de reojo su amarillento color interior, como unas bragas que llevan mirando al sol un verano entero. Él la sigue esperando pero no llega y apura el segundo cigarro mirando al suelo, da un trago al botellín y fuma de nuevo. Por fin llega, la agarra bien fuerte y sale con ella del bar más ligero que cuando entró. Su pulso se acelera, llegan al coche y sin mediar palabra enciende el motor. Ella le mira, los mira y los tres salen rápidamente al mismo sitio de todos los días.
Ella espera y mientras espera va bebiendo su vida y su belleza camuflada en polvos es tan sólo belleza repentina, aparece cuando su novio viene con ella del bar y se diluye a medida que su cerebro la va olvidando, poco a poco, tornando la ilusión en un rostro simiesco con hambre in crescendo que afila sus dientes y escama su piel.
Él vive por ella, la ama y cuida y cuando falla se vuelve loco, se muerde la lengua tan fuerte que sangra, escribe en sus nudillos con cal y sus ojos abandonan su estado natural y se convierten en agujas.
Ambos se engañan.

sábado, 30 de octubre de 2010

300 escritos ya

-Esta lámpara no funciona.
-Quizás deberías tratarla con más cuidado y no a golpes.
-La vida es de los fuertes.
-La vida es de barro.

La vida es de barro y es de quien tiene la capacidad de darle la forma que desea. A veces se nos derrumba, otras parece una cagada y otras aparece un cuenco en el que abandonamos las cenizas del olvido sin saber que todavía somos ceniza ardiendo. La vida es de los dedos que la agarran o la dejan escapar, dedos de bailarina que se estiran y van dejando el surco de su identidad en la vida, vuelta tras vuelta como la aguja de un vinilo arañando el agarrado tango que nunca se consume.

lunes, 25 de octubre de 2010

Elena

Sus ojos se iban despidiendo lentamente de la consciencia. Yacía en una cama anciana, en ambas mesitas que escoltaban el colchón reposaban marcos sin fotos, Elena decidió borrar unos recuerdos que dejaron de pasar por su corazón hace ya mucho tiempo y que la dejaban en flaqueza, ella siempre achacaba esa debilidad a la sed de los niños de su vecindario.
La precariedad de sus familias les impedía disfrutar de los batidos que vendía el doctor cuando a golpe musical pasaba por la manzana con su bata y furgoneta blancas. En las noches oscuras esos niños y niñas se escapaban de casa con las mugrientas pajitas de los batidos que otros niños se podían permitir y habían arrojado al suelo, y se colaban en casa de Elena.
Ellos sabían que Elena estaría enjaulada sin llave en su periplo voluntario hacia una inconsciencia que trataba de sobrevivir agarrándose al cuello de sus arterias. Entraban casi todas las noches oficiosas hormiguitas empuñando la sucia pajita multicolor y cuando el primero de ellos giraba el pomo de la muerta de la habitación con la cautela y sigilo del cobarde francotirador, una leve luz violeta penetraba sus ojos convirtiéndolos en grandes platos vacíos con pecas de pan marrón, verde y azul.
Una vez Elena se despertó y pudo ver a través de aquel zarpazo entre la puerta y la pared cientos de ojos con pupilas que abrían la boca enseñando blancas y brillantes pirañas dispuestas a desnudar cualquier cuerpo. Ante la sorpresa Elena se sobresaltó y los niños y niñas se convirtieron en blanca efervescencia que las grietas del suelo de madera se tragaron.
Elena nunca tuvo tiempo de agradecerles por haberla devuelto a la consciencia. Pero aquella noche, como casi todas, Elena no se despertó y aquel zarpazo en la pared comenzó a vomitar pequeñas sombras que infestaron el dormitorio. Sólo la tenue luz de escasos rayos besando la ventana que velaba el mudo tormento de Elena dibujaba parte de un puzzle que había sido visitado en múltiples ocasiones por las polillas; pelo enredado, dientes rotos, collares incompletos, camisetas de colores que viajaban hacia el gris, pantalones mordidos y uñas negras rodeaban a Elena en un carroñero círculo perfecto.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Aparte

En cualquier otra parte espero encontrarte, en medio de la nada donde se palpan las costillas de las palabras y provocar gritos hace tanto daño como recibirlos.
En cualquier otra parte salvo aquí. Aquí huele demasiado a humo de tubo y echo de menos las tardes frías y amarillas en aquel bar de humo de escape. Las cuatro de la tarde en cualquier otra parte resguardado de las agresiones externas, allí donde el dolor es una sonrisa tensa y densa que se condensa en un punto que rueda y rueda hasta acabar pintando el suelo de cristal.
Allí porque aquí ayer llovía y mañana lloverá llorando como todos los días del ayer que ya no quiero.

Pero cualquier otra parte siempre está lejos porque los sueños son pequeños, tan pequeños como lejanos y tan lejanos como se encuentren todos nuestros sueños desde la ventana desde donde los miramos.

viernes, 8 de octubre de 2010

Las palmas abiertas

Soñar es de perdedores depredadores predecesores que se imaginan alguien que no son delante del espejo de los ascensores y también meten barriga. Soñar es tararear tontamente sintiendo el sinsentido por la calle con una media sonrisa por haber visto algo más de la media de aquella chica que se conquista con la mirada.
Yo ya no sueño porque vivo mis sueños y sé de sobra que la vida juega conmigo como el hombre con el perro. Y sé que la vida es un sueño partido entre la verdad y la mentira, la paz y la ira, los polos opuestos, tan lejanos, tan apuestos e imposibles. La distancia dictando su aplastante sentencia.
Queda ya tan lejos la esencia del anhelo que lo normal al pasar por mi casa es ver solamente hielo, frío hielo.

jueves, 7 de octubre de 2010

Zombie

Nadie le hizo caso en toda la noche, nadie. Llegó a casa solo y muerto de hambre, retrato perfecto del moribundo sin casta que gasta hasta. Empitonado por el destierro, difunto unicelular sin conjunto a juego siempre fuera de. Llegó a casa con las mismas ganas de difundir la palabra de. Pero dios estaba de vacaciones en la. Y el reloj agonizaba, tan sólo las falanges asomaban a ras de la arena pidiendo.
Nada es el rastro pálido y terso que deja una ola de mar en la colmena de granos de. Él llegó a casa con una puñalada y sangre en las manos y escribió mentiras para los que cada día se disfrazan de algo.


Llegó a casa muerto
del hambre del hombre,
llegó a casa muerto,
sin nombre.

martes, 28 de septiembre de 2010

Un diente roto y pan duro

Un beso desencajado en un cajón abandonado. Tiras de piel por doquier cuelgan de los brazos que buscan refugio.

No hay respuesta.

Besos de mentira, señales de ira navegan en barcos a la deriva y mueren en arenas movedizas, son sumas con suma importancia que un niño escribe con tiza. 360 grados hacia el interior del corazón que empuja palabras cardíacas al son de la anarquía taquicárdica como réquiem de la noche. Mis dedos mellados ya no sienten el rastro de tus huellas que antaño brillaban y firmaban las secuelas de las suelas de tus besos que solían dejarme tieso palpitando un tímido ese o ese.

Por eso te besé.

Por pasar el tiempo, por perecer en tu pecera y ahogarme con el primer suspiro de tu primavera.

Y por vez primera sentir tu hálito pálido en mis mejillas dolidas con señales de heridas dormidas que despertaron en tu cálido hábito de ser y estar. Recé en tu regazo y terminé como siempre, bebiendo del pozo de los deseos de cristal y cubos de hielo.

jueves, 23 de septiembre de 2010

martes, 21 de septiembre de 2010

La bibliotecaria

Y los pétalos rojos mancharon la pared de pecas.
El café frío y los ojos calientes, dos bocas que no dejaban escuchar una a la otra fumigaban la intención que nació en un beso hace mucho tiempo. El camasutra oxidado encima de un colchón nuevo era espectador del mensaje que el tedio telegrafiaba en suspensión en aquella atmósfera insípida, impoluta y transparente.
Cogió su regalo, puños de algodón y poliéster caían a golpes,casi toda una vida encerrada por una cicatriz metálica, y dejando una estela casi invisible de su aroma liviano hacia la puerta, permitió que esta marcara su perímetro con el último golpe de corazón.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Cuando todo el mundo duerme

Cuando todo el mundo duerme yo no puedo. Por miedo escribo. No puedo dormir y escribo para burlar, esconderme, huir de aquel mundo tan lejano que vive bajo mis párpados, bajo el escudo de algodón que a veces tanto me ahoga.

¿Puedes sentir ese gélido aliento?

Todos sueñan sin querer mientras yo sueño despierto por evitar la soledad que levita fúnebre sin rastro en este desierto de apenas unas trizas amarillas de lo que antes fueron las rocas que mantenían la vigilia sostenida en unos acordes casi imperceptibles. Sueño despierto y así despisto a mi lado más siniestro. No puedo dormir y pienso en la esencia de la inconsciencia, no tengo paciencia para el exilio voluntario hacia las nubes. El lobo devoró a las ovejas en la urbe y me urge descansar pero no puedo. No puedo.

Cuando todo el mundo duerme yo les miro. Son cadáveres que ganan y pierden aire, pero siempre pierden vida.

¿Puedes sentir ese gélido aliento que llama a tu ventana?

Es el frío que se cuela por debajo de tu manta y te muerde las uñas. Es el miedo a dormir. Es el sol que nunca llega.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Colapso

Yace marmórea rodeada de tiza la figura de su pensamiento defenestrado. La locura le besó, sí. Le abrazo con sus brazos de seda espinosa y con el pulgar de su anular recorrió lentamente su oreja de arriba a abajo, como buscando el dial adecuado para una noche de soledad y pálpitos irregulares que distrajera aquel dolor que se había instalado en su cuerpo. La locura hizo nudos con su tejido cerebral hasta ahorcarle rodeado por un océano de gelatina rosa donde siempre reinó la misma diosa, la Locura.
Accedió a ser su simbionte, ¿quién puede rechazar una entrevista con ella? ¿o un contacto visual? ¿o aún más, un roce? Eso sí que era un buen viaje, un roce con sus caderas. Hasta ahora todo el que pasaba las yemas por sus caderas perdía la identidad, ¿recordáis ese dicho que dice "el que juega con fuego acaba quemándose"?, pues ella no daba segundas oportunidades ni te soltaba si la mirabas mordiéndote el labio.
¿Acaso no era eso lo que querías?

jueves, 9 de septiembre de 2010

Lunes

Desnuda tu cuerpo me anuda y deja sin respiración los minutos del corazón, órgano sin importancia en una noche frenética de sábanas de vecino.

Se hace de día pero ninguno de los dos dormía.

La ropa está en el suelo y las llaves de tu casa intentan abrir mis pantalones. La persiana preserva y la luz de la vida del nuevo día acaba inerte empotrándose con la persiana, escudo de un placer de madrugada. Veo cómo te viste la sábana blanca desde el marco de la puerta y pienso en volver a mezclar el alcohol con el refresco y hacerme otra copa de sexo, quién sabe si el sudor dará origen a otra flor fuera del tiesto. Frío, calor y sudor que emigra de cuerpo a cuerpo mareado sin saber dónde caer muerto, no existe el reposo y la sístole y diástole distraen al compás que hace eses tan perfectas y sedantes como la cara b de tu cadera. Finalmente caímos fusilados con el último empujón de una bala perdida y resucitamos al día siguiente, sabedores del amargo sabor de levantarse con un desconocido.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Miércoles

Cantando se fue a su casa, hacía mucho tiempo que no filosofaba mientras orinaba en cualquier bar, con la mano en su miembro y la siniestra empujando la pared.



"Los codos van al cielo..." celebrando la muerte del día y el nacimiento de la oscuridad. Y el tiempo apremia a los insolentes que se dejan vencer por el cansancio, mañana no volverá a ser igual, pero nos da igual a todos. Consúmete raudo que los hielos copulan con el licor nocturno y las agujas penetran. Déjate caer a este lado del meridiano y dime que...todo es mentira. Que no fue tu cintura la que me llenó de ira, que nunca giró tanto el mundo para que nos cambiara tanto la vida. Dime que no estuviste allí y que solamente vi una imagen rota que rompió la puerta de la verdad testaruda, dime que volví a jugar a anudar los collares de sal en el mar, nunca más, nunca más…

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Viernes

Y cerré los ojos al amanecer. Siempre sedoso su suave silencio asomando al fondo y alargando las sombras de los escasos quietos, inmóviles testigos del fuego eterno que canta la misma serenata día tras día.


Día tras día...


Cerré los ojos, ásperos de tragar otra noche de roces, de coces que escuecen, de cocerme otro viernes recóndito en el que se pierde el rastro de toda herradura amiga.

Los cerré...

Y la luz murió en un chasquido de párpados azules y lenguas de tierra movedizas. Los brazos fusilados besaron el colchón virgen de eso y los ojos se volvieron al pasado de cara a las entrañas, fue un coma necesario como el comer.

Y ya nada volverá a ser igual, ya nada volverá a ser igual...

domingo, 15 de agosto de 2010

miércoles, 14 de julio de 2010

Soy el mejor

Los halagos sólo son buenos cuando el que los recibe tiene la inteligencia suficiente como para no quererse a sí mismo en exceso.

domingo, 4 de julio de 2010

jueves, 1 de julio de 2010

Ironía al volante

Casi no quedaba nada de aquel cuerpo reventado en la carretera que velaban los mosquitos con babero. El hueso de la nariz aparecía entre la seca mucosa apuntando al cielo y servía de palillo a las hambrientas gotas negras y rojas. De su vientre salía un puño abierto y agrietado que clamaba al cielo la pregunta que siempre sigue a una muerte accidental, sus costillas dejaron de abrazar a la carne para exhibirse a un público impasible con la mirada fija en el resto del camino.

Volvía satisfecho del trabajo, la paja y el verde eran un paso de cebra natural alejado de los raíles del maquinismo y del alquitrán kilométrico que acaba siempre en cascada hacia destino. Gafas de sol contra Helios, brisa con prisa que entra por un resquicio de la ventana y dedos que replican al son de una canción cualquiera.

Dos mariposas enamoradas de pronto pintan la luna del coche de rojo y blanco.

Algo que parece un gato evaporándose y fundiéndose lentamente con una nube de mosquitos observa tan impasible como el conductor que le mató a la eliminación del amor.

viernes, 18 de junio de 2010

Metátesis casera

Ya no hay nada, ni un gramo de dolor en este último tramo rodeado de espinas de tiranos que minan mi camino. Ya no hay nada,

in quisiera roden…

Ay ya no ha dana, in nugro ma dedo lor nestes timo lutramo adoredo despi nase tiras deno queman ni cano mi mi. Ay ya no ha dana,

ni siquiera orden...

miércoles, 9 de junio de 2010

En otra parte

Últimamente escribo poco y con la letra muy chiquitita.

Antes me salían lobos por los poros y ahora el tiempo tirita…

Recurro a la mirada gélida que se pierde entre las llanuras de una mesa desértica.

No hay signos de oasis.

¿Quieres un oasis? Puedo llorar si quieres.

Sobrevivo a base de recuerdos, es inevitable mirar atrás y a veces me apetece vivir desde donde empezó el camino y lanzar las palabras tan lejos como hoy. Tan lejos como tus oídos ahora que me ves desnudo y me desnudas a cada línea que desabrochas. Escribir lo que pienso sin pensarlo, sin pensar que tú me lees y que eres el protagonista de un sueño fantasma tan frágil como hacer caso a un niño que te dice que ya ha acabado los deberes mientras escribía esto.

martes, 1 de junio de 2010

Las prisas

Los adultos se dividen en dos grupos:

Los que van deprisa porque van al trabajo y los que van lento porque van al trabajo.

sábado, 22 de mayo de 2010

Zumo mental

El amor hace olvidar el sexo y el alcohol lo hace volver, me pregunto si existen los borrachos enamorados entre la turba de borrachos de amor. Los primeros afloran los días de diario y estos últimos lo hacen los fines de semana, el domingo descansan todos.

Todos menos los que se van al cine con sus respectivas.

Sólo quiero beber, fumar dejarlo todo pasar y mientras pasa disfrutar de la fruta recién cortada y también de la caduca que con el tiempo nos educa. Mirar a la diana de tus ojos sin miedo y dejar que leas que quiero dejar en tu cuerpo mi adn Antes De Nada y sobre todo ahora.

No quiero ser parte de la marea que nos va borrando el cuerpo lentamente ni del viento que erosiona mis tobillos. El olvido es la última página del libro de nuestra vida y así como toda herida cicatriza nosotros cicatrizamos con ella hasta el fin, sólo espero que mi herida sea bien grande.

Sólo quiero beber, fumar...

jueves, 20 de mayo de 2010

Buenas noches

Como una sábana recién lavada que besaba su mejilla pasó su mano mientras ella dormía, quizás anhelando una caricia similar...

miércoles, 12 de mayo de 2010

Salamanca

Aquí todo sigue igual...siempre digo que la ciudad nunca cambia sino las personas que viven y pasan por ella.

Aquí lo único vivo es el recuerdo de cada uno de ellos que se estampa para siempre en la piedra dorada, hoy bajo el paraguas de un cielo amenazante.

jueves, 6 de mayo de 2010

Contigo sin presupuesto

Cuando haya huelgas por un beso

dame el máximo interés en la fusión de nuestros labios.

Mientras una caricia no tenga precio

llévame a la quiebra con el baile de tus manos.

9º puesto en el certamen de relato corto Ciudad de Cartagena El tamaño no importa, léelo

[ http://wwwe.cartagena.es/concursoMicrorrelatos/ranking.asp ]

jueves, 29 de abril de 2010

Ayer soñé

Si me acuerdo de ti no lo tengas en cuenta
pues los sueños forman parte del mundo de la inconsciencia.

jueves, 22 de abril de 2010

Dedos eléctricos

Una vez dijeron que mis dedos eran eléctricos. Me enamoré de semejante adjetivo que cautivó mi ego. Soy escritor y borracho. Fumador de almas. Esponja de ojos enjaulados en un cuerpo que no para de moverse en ambientes turbios, nocturnos, seductores y oscuros.

Mis dedos son eléctricos y queman las yemas de la luna llena. Lamen los enjambres y juegan con la aguja que inyecta el placer. Amo la sobredosis de excesos y la copa que llora y siembra de alcohol la barra de cualquier bar. Toco todas las notas con los surcos de mis dedos chispeantes pero no me quiero, no me quiero.

Mis dedos son eléctricos y rasgo con ellos las paredes de un cuarto que me limita. Borro las fronteras que no alcanza vuestra vista y te hago volar. Te quiero seducir sin edulcorantes, como antes de que se inventara el amor. Mis motivos son secretos a voces, son coces que escuecen a mis detractores, actores.

Mis dedos son eléctricos, son pura vida en su máxima expresión. Son golpes con sabor a hueso roto. Mis dedos soy yo, sois vosotros. Seguid dándome motivos para…

domingo, 18 de abril de 2010

Se fueron al arrecife de la fe los abrazos vacíos sin sentido que quise dar a los desconocidos. Volví por el foro que atrás dejé y violé las normas que me ataban a una cadena consecutiva de coherencia sin fruto ni ciencia, sin sexo que alimente ni carroña que se deje querer.
Atrás lo dejé, la pena y la escoria, las venas cargadas de gloria que borbotan cadenas montañosas
de puños alzando la voz del escritor por vocación, por bocazas del tirón de bolso que no compensa
el chute en plena pradera limpia y verde, verde como las esperanza de tus ojos que vierten anhelo de un mañana mejor, pero imposible.

martes, 2 de marzo de 2010

El destino

El destino es una teja de leche en un día de viento.

Después de leer

Fue un domingo triste, como la mayoría de los domingos, envuelto en un silencio gris que bañaba las calles y empapaba a los transeúntes que la ensuciaban. La tarde empezaba a vestirse de luto cuando entré buscando refugio en el café Alcaraván con el propósito de leer un par de capítulos de Las pequeñas virtudes, libro de Natalia Ginzburg.
En esta ocasión el camino no fue verdaderamente importante, sino el resultado. Después de leer y abonar un té verde que se quedó frío salí a la calle con otra perspectiva de mí mismo. Una sensación rara, sedante y turbia me invadía placenteramente mientras dirigía mis pasos hacia la fachada de la universidad. Miles de líneas aparecían y solamente deseaba escribirlas antes que se secaran, deseaba escribirlas sin apenas digerirlas. Sentía el brazo derecho, el que sujeta la pluma y tanto me ayuda a volar, más caliente que su hermano. Sentía la necesidad de escribir sin saber que aquel efecto duraría apenas unos minutos más. Bajé la calle Libreros mirando al suelo y pensando en el rápido y desgarrador movimiento del cocodrilo que dura escasos segundos, escasos metros. Si el animal lo aprovecha tendrá alimento, por el contrario si su víctima se percata de su presencia y tiene la suerte de huir, el cocodrilo se volverá, cansado por el esfuerzo inútil, al pantano. Mi mente era un cocodrilo que devoraba a cada paso. El único problema fue que no había víctima.
Me giré, alcé la cabeza y observé a la famosa rana incrustada en la calavera. Después de leer aquellas líneas con las que tanto me sentí identificado una parte de mí se apagó momentáneamente, justo el tiempo que duró aquel éxtasis silencioso. Después de leer me sentí incapaz de relacionarme con el resto del mundo, no articulaba las palabras como las suelo articular, me mostré pausado con una mirada tan transparente que no decía nada. Todas las palabras querían hablar de lo que había leído y después del típico “Hola, ¿Qué tal?” tan sólo quería volver a pensar en aquellas letras que unidas han tenido más significado que cualquier bandera.
Después de leer pensé que aquel libro me había leído a mí.

lunes, 1 de febrero de 2010

p a l a b r a s

Bla, bla, bla.
Tic, tac.
Knock, knock.
Ding, dong.
Hablamos de los dos
mientras, sin darnos cuenta, el tiempo hacía las maletas de ida.
Llamaron a la puerta
pero no hicimos caso.

jueves, 21 de enero de 2010

Como la propia vida entre las manos.
Se va y vuelve.
Agua salada, sol y sombrillas adornan la fácil palabra esperanza, sin pensar que siempre nos apuntan a la diana de nuestras dactilares las astillas de la lanza rota, el tiempo aborta, la coca se corta y en la cola de los servicios camino de copas quebradas.
Volví a beber de sus ojos en catarata, en vaso de tubo de caña sin pensar en la posibilidad de un mañana. Qué sencillo es borrar la paciencia de la ecuación y romper la estratosfera de la pecera, qué fácil era. Cuántas sonrisas plantamos en la barra del bar cantando guantanamera, y los abrazos sin papel de regalo que regalábamos con grandes lazos perezosos para hacer eterno el instante, piedra.