viernes, 20 de mayo de 2016

Un cigarillo más

Hice un lápiz con la flecha que me clavaste.

Qué bonito el paritorio. 
Blanco gritaba hipodérmico pentagrama del dolor. Nadie alrededor, contorno de soledad en 360 grados adosados al silencio de una madre dividiéndose en dos. Último hálito de expulsión, volcán en erupción entre sangre y tejidos desgarrados. 

Pérdida del singular. Bote salvavidas sin mensaje embotellado.
Se acabó el güisqui.

Y ahora qué.

No vale con dejarlo ir. Escribir porque sí, con todos los motivos. 
Y después se irán, se perderán, se irán, se perderán, se irán...
Como lágrimas en la lluvia.

Escribiendo en secano, estéril vuelo sin motor sobre la planicie amarilla de tu placenta, buscando entre el laberinto de planetas donde recostar el rompecabezas de Rubik que nunca se cansa de llamar a la puerta. 

Es inútil dibujar con la falange que señala en la arena del mar.
Se irá, se perderá...