viernes, 10 de diciembre de 2010

Puro teatro

Cuando la puerta abrió aquella llave llovió tanto no vi tu presencia. Bebí tanto que tonto terminé tirando el triste trago en trampolín por mi garganta. Mi cama es vieja, todas sus arrugas son parte de mi escasa presencia de silencio entre muelles y bambalinas.
Puro teatro.
No sé si es niebla o humo, perfume corrupto quizás o palabras entre gente diferente del mismo bar. Mi ropa siempre en la silla, nunca para lavar. Por eso mañana oleré a ayer y ayer olía a lo que tú pensabas antes de ayer.


No hay comentarios: