jueves, 31 de mayo de 2012

Otro día

La mañana comenzó a caer en picado desde el momento en el que sonó el teléfono. Respondió con la voz virgen, grave y entrecortada. Respiró profundo. Después suspiro denso y fuerte. Miró a oscuras al techo ciego. Apenas entraban rayos en la habitación. 
Su cuerpo emanaba la ponzoña etílica consumida la noche anterior y su cuerpo era un puzzle al que le faltaba más de una pieza. Trató de erguirse pero fue imposible, así que decidió girar horizontalmente sobre su eje vertebral y dejar que hablase la gravedad. Así llegó a la ventana, dispuesto a tirar de la correa de la persiana como si de un monaguillo sin fe se tratase. Escasos centímetros fueron suficientes para encender en su cara unas cuantas pecas que pegaron aún más sus ojos dilatados como puntos sorprendidos. Su cuerpo era un amasijo de huesos desordenados, nada que ver con una cama casi perfecta, resultado de un sueño profundo provocado por el lanzamiento de codos hacia las estrellas.

Otro día más, otro día menos.

miércoles, 30 de mayo de 2012

To catch a thief

Como un funambulista cuando el circo ha cerrado sus cortinas de colores, ese gato acaricia el tejado con sus patitas de bizcocho y observa sentado sobre el barro verde bañado por el Sena.
Amantes con forma de isla perdida se cosen a besos acostados en una esquina, tan sólo sus ojos felinos y unos cuantos charcos son testigos de la brecha que separa a los humanos de los amantes un día de diario. 
Las casas parpadean hasta morir, cortinas y cristales opacos no hacen caso, comienza a oler a tierra mojada y pies descalzos mientras el gato se gira tranquilamente y bosteza con la parsimonia  de un violinista. 





A veces me pregunto quién era el que estaba más solo de los dos.

lunes, 28 de mayo de 2012

Anatomía

Sus ojos no eran el espejo de su alma sino un pozo vacío donde me tiraba siempre de cabeza. Su nariz el trampolín que nos impulsaba hacia la falta de oxígeno. Su boca rojiza arrojaba un río deshuesado entre marfil haciendo guardia. Sus hombros la percha perfecta, cansados cedían suavemente a la gravedad y dibujaban una figura aún más lineal, podías confundirla con una corchea. Su cintura el origen de sus piernas, y sus piernas el origen de los pasos que mi mirada seguía.

Hasta que la perdí.

lunes, 21 de mayo de 2012

Why won't you let me go?

Me gustaría tanto decir que me apasiona el cine francés, los cuadros hiper realistas y la literatura costumbrista del siglo XVII inglesa. Me gustaría decirte que los castillos en el aire son inocuos, que no hay terremotos que los colapsen. Que no hay cadáveres debajo de los escombros. Me gustaría tanto decírtelo.
Me gustaría creer que cuando un sueño se hace realidad no deja de ser un sueño, que son mejores que la verdad que aguarda tras esta puerta cerrada. 
Pero nunca llega a llamar, por eso quizá siguen siendo sueños, porque son inaccesibles, imposibles, castillos en el aire, sirenas, dragones, unicornios y besos y finales de película.

viernes, 18 de mayo de 2012

Bienvenida

Mañana, que ya es hoy. Hoy, que es ya. Tú me dices que mañana y yo quiero hoy. Ahora es tarde, arde la tarde cobarde, se va por el oeste. 
Te pierdo.
Te falta tu falda de tímidas rodillas, sencillas que sólo se aprecian por ojos que brillan. 
Me faltas porque no estás. 
La cama recién hecha para nadie con tal calibre como tú con acento, importante tanto por detrás como por delante.
Adelante. 
Bienvenida. 

domingo, 13 de mayo de 2012

Quizá

Tengo los puños cerrados y pétalos rotos en la corriente sanguínea, autopistas que bombean intenciones, que llegan a todos los rincones del recuerdo. 
El café solo sólo, nunca fue tan fuerte. Sonrío y miro a la mesa, arrugas de madera en una cafetería madrileña con lunares blancos de papel azucarado estratégicamente dispuestos por el azar. Observo sin dirección. La gente se mueve, sus gestos hablan con una banda sonora de cucharillas arremolinándose en las tazas. Sonríen, non je ne regrette rien pienso mientras intento leer qué dicen los posos de mi café. 
Baila conmigo. Solamente esta noche.
Magia o mentira, menta en tu retina y carmín en cascada desde tu ventana. Hambre famélica, huesuda y desnuda anudada en mi gaznate. 
Quédate conmigo. 
La taza blanca, por fuera y por dentro. Palpo mis bolsillos, metal de transacción. Me levanto y siento que dejo algo en la mesa, en esta cafetería de paso en el centro del centro de las entrañas de una ciudad que bombea pasos con la dirección que no encontré allí.

domingo, 6 de mayo de 2012

Té negro

Hoy mi despertador ha sido un sueño, me he levantado con la ventana en otro lugar de la habitación, enfrente, con una luz diferente, con un sabor extraño en la boca, serán los dientes. Como aspirinas el día se diluye, ya es tarde y las legañas en la tostadora. 
La calle es la puta que siempre espera, la del corazón roto y pies de plomo, la que vive en permanente primavera, tranquila, no acelera. Yo el que hago esperar, el viento que vuelve a llamar, el cuento de las cuentas de la lechera. En definitiva, nadie.
Ya es tarde, ya es tarde, tan tarde como mañana. Recuerda dónde quedamos, te haré esperar y tú nunca te presentarás. Recuerda no atarte un zapato, así cuando pase a tu lado podrás evitar que te vea. Que así sea.
Recuerda olvidarme como el día de hoy, uno más, pero el último.

viernes, 4 de mayo de 2012

Hache dos o

Muy fría, quizá demasiado. Esta tormenta afila mis entrañas, nubes discontinuas y apenas diez decenas de diamantes en la luna que iluminan el imán que me arrastra hasta para por...
Gotas de charol, perdido en un charco está el sol, tan lejos, tan sol. Guardé el rumbo en un bolsillo roto y ahora sólo conozco la línea recta y directa al mismo sitio de siempre, al bar de rojo carmín encarnado en cortinas donde los sabios mascullan un fin de la vida diferente cada tarde. Dominó en blanco y negro o cartas arrugadas, sus miradas cristalinas parecían más puras que el propio agua de lluvia, no me extrañaría que algún día llovieran los globos oculares de estos viejos. Siempre que paso por allí les repaso visualmente, pero nunca me quedo, ellos se pertenecen unos a los otros, yo permanezco en todo momento al otro lado de la raya, en el frío lado de la tormenta permanente.