miércoles, 30 de enero de 2013

Pony pony run run

Llevo un par de meses saliendo a correr. Mi idea era hacer deporte, por eso de mantenerse uno, que ya ha entrado en la treintena. Antes, cuando veía a un runner corriendo por la calle, le gritaba en tono burlesco ¡De quién huyes! Mientras apuraba un cigarro sentado en la terraza de un bar gin tonic en mesa (gran placer, por cierto). No comprendía a esas personas.
Ahora sí.
Las vueltas que da la vida, ahora me he convertido en ese incomprendido por parte de un gran número de personas que son como yo fui. Lo que me lleva a pensar que el desconocimiento consciente que aplicamos sobre muchísimas materias, la mayoría, nos aleja del placer que proporcionan dichas materias, no sólo en el ámbito deportivo, sino en la vida en general.
Vayamos al caso contrario.
Los yonkis provocan rechazo, repulsión, incluso asco. Pero siempre me atrajo de manera especial el amor que existe, porque existe de verdad, entre dos adictos que lo comparten todo teniendo nada. Un amor basado en la heroína no es un amor de mentira mientras haya heroína.
Sí, de acuerdo, ¿y cuándo se acabe, qué?
Cuando se acabe la droga se acabará el amor. ¿Acaso el amor no es una droga?
Quizá ellos se amen más que los demás.

martes, 29 de enero de 2013

Besos y balas

Frío de mentira y un puente de piedra.
Caminamos hacia aquel supermercado porque me dijiste que viajarías a una película de dos.
Pizza y vino y 30€ de más en una gasolinera.
Entramos y la primera canción fue la nuestra, ¿recuerdas?
Brindamos en las nubes con calcio sobre rebanadas que dejaban migas en el camino de la memoria bajo un sol que se convirtió en testigo sucesivo, día tras día, de lo que hoy es, como dijo Miguel Labordeta, eficaz batracio simultáneo, bala tras bala.
Eran besos lo que ahora son gatillos que me apuntan.

lunes, 28 de enero de 2013

Agua salá

Te quise escribir algo bonito pero ni siquiera me acerqué. Ahora mi casa se ahoga entre papeles con tachones, arrugados y rotos. Náufrago en el sofá, observo cómo las olas de celulosa dejan mensajes en trozos de líneas de arrugas diferentes, y todas y cada una de esas palabras tienen sentido por separado.
Quizá solamente esté hablando de lo mismo pero con agua dispar.

miércoles, 23 de enero de 2013

martes, 22 de enero de 2013

Un hoyo, dos hoyos

Cavó un a punta de con la luz de la llena. 
Sabía que esos dos no le matarían, nunca fue un chivato, nunca se fue de la. Tenía un sexto innato que dejaría a cualquiera la piel y los pelos de. 
De pronto les sugirió una oferta que no podrían.
Les diría dónde estaba el dinero y ellos a cambio le dejarían en.
Estaba dentro de una caja de zapatos de. En la casa de su, en el tercer de aquel armario que compraron en.
Lo dejaron allí con la pala, arrancaron el y huyeron en busca de la a toda.
El día todavía no había. 
Cogió la pala e hizo otro.

sábado, 19 de enero de 2013

Sed

Toda la vida buscando té. Rojo, verde, negro...
Probando todas las clases, en cualquier lugar, a cualquier hora.
Y sigo sediento e insatisfecho.


Cada vez pienso más que es mía la culpa.

jueves, 17 de enero de 2013

Olivetti

Dices que quieres salir a dar un paseo, 
pero afuera está lloviendo.
Quieres café caliente,
pero te quema la boca.
Quieres viajar y te dan miedo las alturas.
Quieres hablar con la boca llena...

Lo dejaré todo y me iré a Madrid. A un piso de veinte metros cuadrados con cuadros de fotos y una factura que aprieta. Me iré con la vieja Olivetti de mi padre en la maleta. Con un abrigo que nunca lavaré y una manta con aliento a tabaco que me ame.
Lo dejaré todo y seré por primera vez kamikaze. Me iré a una casa con humo y sin llamas. Y si llamas y callas sabré que eres tú. 
Tienes la puerta abierta, pero antes de sentarte coge esa botella. Vamos a brindar por estar y seguir estando. Y mientras tanto nos podemos besar o seguir hablando.
Me iré aunque nunca me vaya. Me emborracharé de sus calles, me perderé en miradas, en sus kilómetros de intestino metálico. 

Me iré para echaros de menos y tener una razón de peso para desempolvar esa vieja máquina de escribir.

jueves, 10 de enero de 2013

Rosa

Quiero pensar que al cerrar los ojos tú, que ya no estás aquí, puedes ver todo lo que por unos instantes yo dejo de ver.
Por eso últimamente cierro los ojos más a menudo. Pero no es por soñar. Los cierro cuando camino, para que veas que bajo el mismo asfalto se yerguen diferentes edificios, los cierro cuando corro, para que sientas el aire que sigue cortando tanto en esta ciudad, los cierro cuando conduzco, para que el sol del atardecer invernal te transmita la misma calma que me transmite.
Los cierro siempre que puedo pero cuando los cierro queriendo nunca te veo.
Y no es por soñar. Quiero que veas cómo ha cambiado todo, cómo hemos cambiado. Cómo te seguimos echando de menos.
Por eso últimamente cierro los ojos más a menudo. Pero no es por soñar porque ya no puedo ni sé ni quiero.

miércoles, 9 de enero de 2013

Nice weekend

Me cosía la espalda a besos. Así me despertó. Eran las 11 de la mañana y nuestro micro mundo, de nubes emplumadas suecas que sólo lo conceptuábamos de manera horizontal, dibujaba a cada vuelta una órbita diferente.

viernes, 4 de enero de 2013

En el bar

Voy a destrozar los escombros de inocencia que te quedan. ¿Quieres ser mayor? Juguemos a los doctores. Extirpemos los tumores. Pensaba mientras bebía amarillo amargo sin inmutar un músculo de su marmórea cara.
El camarero cambió de agujas su mirada y, sin decir nada, prosiguió con su labor.
Sus piernas eran autopistas de negro alquitrán. Sentada en un taburete sus pies tocaban con facilidad el sucio suelo del local.
La gente bailaba en cristalinas burbujas, algunos salían excitados de hacer pan de los servicios, la harina les delataba, otros se amaban con prisa, la misma de los bebedores todavía sobrios.
Estrangulaba el cuello de la botella. Demandó otra.

Ella solamente quería matarlo.