jueves, 26 de mayo de 2011

El cero del cero a la izquierda, el diente de bronce, el cuarto puesto, el amigo del amigo, el grano de sal en la cáscara de pipa, la última calada que no se da, el saludo furtivo saliendo del bar, despedirse a la francesa, el apéndice, los huecos del sofá, las ganas de follar que se quedan en ganas, los padrastros, los trastos que cumplen años cargados de polvo, el carmín de las putas, las virutas que saltan de una caricia mentirosa, los restos de amor entre los dientes, la copia del bostezo viral, las gomas, porque borran errores y nos hacen olvidarlos, la domesticación, los créditos de la biblia, las sonrisas en un banco, las esquelas, los "Muchas gracias" en las facturas, los "Buenos días" unilaterales de la televisión, el cartero que solamente llama una vez, las "Felices fiestas" a punta de pistola, las olas solas, el disparo al aire, los puntos de sutura en la boca, la sangre que no se enseña, los biombos, cortinas y persianas. 
Todo eso vale menos que nada, y aquí, damas y caballeros, no funcionan las matemáticas.

viernes, 20 de mayo de 2011

Hoy será mañana

Y salimos a la calle sin ningún tapujo, era estar por estar, hacer bulto pacíficamente, sentarse, escuchar y mirar. Nunca tuvo tanto poder un grito tan sordo, fue la micra de nieve más alta, y más valiente, la que decidió despeñarse y provocar un aluvión de miligramos de esperanza sobre un estado conformista y pasivo. 
Hoy quiero creer que hemos cambiado.
Salimos a la calle arropados bajo la bandera blanca y neutra que bordó el tedio de años de juventud emparedados entre paréntesis y hombros encogidos. 
Hoy será mañana y mañana seguiremos en el mismo lugar, haciendo bulto silencioso y remando en pequeños barcos de cartón y velas de algodón acostumbradas al calor de un colchón.
Hoy tenemos una idea y queremos cambiar el rumbo del mundo.

martes, 17 de mayo de 2011

En el ático

Se me hace extraño, ahora que tengo más tiempo para hablar conmigo mismo es cuando menos quiero hacerlo. 
Veo la autopsia de un cielo gris, en decadencia. Los últimos puntos negros del día pasan fugaces, dejando estelas oscuras que presagian una monotonía a la que no estaba acostumbrado. 
Abajo, el rojo prohibitivo juega con el verde, siempre tan lejano y dividido por el ámbar de tus ojos, siempre en medio. 
Se me hace tan extraño este vacío sin mirada de respuesta que voy a tener que dar la vuelta a todos los espejos que me reflejan.

viernes, 6 de mayo de 2011

Día y noche

Como un funámbulo, caminaba sobre la soledad paralela de las vías del tren, a cada cien pasos un golpe en la sien del corazón, ya nada vale cuando todo está a mano. 
Con un golpe en la barra la bebida, con una mirada un nuevo juego de cama, saludos, risas, diversión a discreción sin limitación. Nos comíamos el mundo estrujándolo en el pan de ayer y siempre había alguna servilleta deshuesada que lamía los continentes que se quedaban en mi comisura, lo hacíamos todo sin censura ni mesura. Y la cordura... A la basura. 
No había tiempo para pensar porque si uno pensaba se filtraba el tiempo para hacer. "Hagámoslo" era el estribillo de nuestra conspiración entre humo de tabaco, ojos agudos y unas sonrisas que tensaban una ilusión por la nada, pero que siempre llegaba lejos. Tan lejos como queríamos, lo malo es que nos daba igual la distancia así que siempre se quedaba camino de la nevera, entre hielos y botellas. 
Y hoy sigo siendo un funámbulo noctámbulo que camina el mayor número de baldosas antes de llegar, y que mientras llega se divierte jugando a no pisarlas.