viernes, 29 de abril de 2011

Déjame

Deja que descosa tus costillas y te acose a derribo. Quiero arrastrar toda la arena a tus costas a costa de mi esfuerzo remero a tu escote de playa, sin importe ni costes salvo tu recio desprecio que barres hacia el rincón desde donde escribo. 
Déjame coser tu ser junto a mí mientras mientes y recoges tus enseres y tus deberes a medio hacer. 
Acabas de nacer y yo marchito...
Las maletas en la puerta, por fuera. Y quiero creer que me has encerrado por dentro. Tiras las llaves por la ventana de tu pecho y voy detrás de ellas, ahogándome, por supuesto, en la ficción de tu mirada con mis gafas 3D. No lo sabes pero me encanta dibujar historias de madrugada, duendes y hadas traficantes de miradas sin importancia, miradas que me dan y me quitan tanto que siempre llego con los bolsillos llenos de la arena de tu playa, la misma arena de este reloj al que nunca le falta el aliento. 
Deja que descosa tus costillas y vea lo que tienes dentro.

miércoles, 27 de abril de 2011

El sinsentido

El beso en la base de tu cuello sin que te enteres.
La base del tanto por ciento del interés.
Cada isla de tus lunares asediada,
la sed de los lunes imposibles de inmunizar.
Los martes de bares que se hacen mares,
las esquinas y sus antónimos los rincones
son los testigos del rastro de los tacones.
Vuelves a casa solo, ¿verdad?
Ya somos dos.
Por eso no estamos solos,
caminamos con un mismo sentido.

viernes, 22 de abril de 2011

Bah

La cicatriz de una caricia siempre acaba en tobogán hacia tus labios. Es el amor a dentelladas de tiburón, o las uñas impacientes de un empujón impulsivo que no se priva ante el hambre. Mientras yo espero a bajo cero debajo del acero del reloj que nunca llega y me oxido pensando que la arena del tiempo no siempre me enterró por completo. 
Aquella arena donde dibujaba, sin querer, unas huellas detectivescas, curiosas y tan profundas como el peso de mi ausencia.

viernes, 15 de abril de 2011

Balas con pan

Son las blancas y marrones migas suicidas, caen arañando el aire en la ciudad de la suciedad. A estas alturas sería un disparate dispararse, porque una bala es demasiado insípida. Es mejor disiparse como las migas de pan, ¡pan pan!
Hay ropa de madera y plástico que sujeta pinzas con jirones. De ahí las astillas de bambú en mi cuerpo de budú. Ahora ya sabes por qué me brillan tanto los ojos cuando me visto elegante, por eso prefiero estar desnudo y desnudarte con la mirada en cada pisada de mi retina en tu piel.

Hablando conmigo mismo

"Ha llegado un punto en el que no sé escribir sin haber bebido antes..."
"No se preocupe, peor sería si no pudiera escribir habiendo bebido"

martes, 12 de abril de 2011

Dándole vueltas

Y buscaba la inspiración en un puño cerrado, huesos y músculos contraídos armoniosamente en un quinteto de carpos, metacarpos y falanges manchados de cal y sangre. La misma sangre que recorría velozmente su interior y le colocaba ahora es vomitada, expulsada hacia la oxidación, el olvido rojo.
El mismo olvido que pintaba aquella pared.

sábado, 9 de abril de 2011

Puro teatro

Migas suicidas con órbita propia,
tiritas con espinas,
peces sin zeta ni gancho de derecha.
Ojos en el hoyo exprés asomados a tu escote
y lenguas empapadas que rellenan los refrescos
que se bebe el solitario de los bares.
Ases de copas y dientes picados por amor,
dedos eléctricos de corriente de alterne,
sólo de alterne.
Flores deprimidas que no encuentran la horma de su raíz
buscan collarines en joyerías.

jueves, 7 de abril de 2011

Marfil

La agarró con todas sus fuerzas y apretó el gatillo de su cintura con todos sus dedos. No era la primera vez que lo hacía ni sería la última, aunque lo que realmente importaba era ahora, como nunca.