sábado, 29 de diciembre de 2012

Nos vamos

Llegué tarde. Me moría en su boca. Dos labios en un cuerpo que se mecía con la madrugada. Me tumbaron. Un disparo. Suspendí. Se acabó. C'est fini. 
Me robaron la piruleta, el dinero de la merienda, mis intenciones. Fallé el penalti. 
No era el tipo que tenía que ser y que quise ser por esa noche.


jueves, 27 de diciembre de 2012

El dinero

Aquí me tienes, debajo de un puente viendo llover gasolina a un cielo agrietado de cemento y alquitrán. Otro súper héroe más que ha empeñado su capa por una manta sucia y una botella de vino boxeador. 
Cada mañana
lágrimas en 
para
caí
da
s
, 
las más puras, 
se congelan antes de tocar tierra.

viernes, 21 de diciembre de 2012

Sweet air

La volatilidad del alma nunca estuvo más cerca. El olor a pólvora en el dedo acusador señalaba la liberación de la sustancia invisible. Todo voló por los aires tras el estruendo.
Hoy ya no queda nada.
No hay coches, ni aceras, ni suelo que me mantenga. No hay ropa, no hay gente. Solamente maniquíes desperdigados sin tiendas, están agachados en esquinas con la palma de sus punzantes manos boca arriba. No dicen nada, se dedican a mendigar silenciosamente. Yo noto sus miradas, gélidas agujas en mi cuello. 
Tampoco digo nada. ¿Para qué?


Ya estoy muerto.

martes, 18 de diciembre de 2012

Gris Marte

Abandonó sus ganas de amar, incluso a sí misma. Dejó las maletas en el armario, las postales en la última estantería, atrás del todo. No le importaba que sus uñas ennegrecieran ni que sus dedos amarillearan. Volvió a fumar. Con un golpe de agua limpiaba los cubiertos. 
Ahora sólo ve dos cepillos de dientes en aquel vaso que descansa delante del espejo. Antes había cuatro. 
Su ropa tan arrugada como el propio tiempo. Su gel de baño colgado de los pies con sangre en la cabeza y el cristal de la ducha, cuando el vapor se manifiesta, entrevé mensajes que otros pulgares dejaron hace tiempo.
Ahora se encoje encerrada entre una manta y el sofá, aprieta fuerte su cara contra la esquina acolchada y lanza un grito capado que no llega más lejos que el aire de una niña que sopla su tarta de cumpleaños.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Botella sin mensaje

Atrapados en una botella no tuvimos más remedio que compartir el aire. El licor nos llegaba a los tobillos y el cielo se cerraba hasta una pequeña nube de corcho. Nuestros pechos trotaban enfrentados y la punta de cada nariz, fría como el acero de un sable, tentaba a ciegas un duelo de tímidos cartílagos. No podíamos mirar más allá, porque no había más distancia que los escasos centímetros que dividían la curiosidad de unos ojos mudos y paralelos. No vestía perfume pero su sencillo aroma corporal superaba los pocos grados del charco y me transportaba a viejos recuerdos, que siempre son viejos. Viajé y la perdí de vista. 


Ojalá fuera tan fácil como abrir los ojos para volverla a ver.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Empty room

Con el punto de mira tuerto, el cigarro sin fuego amigo, la media sin pierna, el tacón roto, la aspirina sin cabeza, la boca cosida y la copa vacía. 
Sin balas en la cama, sin alma entre tus costillas, París sin de Gaulle, tus muslos sin carreras y mis uñas sin sangre.


miércoles, 12 de diciembre de 2012

Dreaming

Sentados desnudos en el alféizar con nuestros dedos de los pies en la cara de Sir Isaac, y tan sólo el sol nos saludaba.

martes, 11 de diciembre de 2012

Frío

La ciudad descansa, abre sus alveolos y los cierra. La gente pasa  apresurada, el tiempo apremia a sus pálidas presas con prisa. Mis queridas cafeterías siempre llenas, de conversaciones las bocas manchadas de negro café caliente. Tantas mesas confidentes, lavadoras que dejan conciencias relucientes. Hoy se respira paz en las calles. Se pueden oír en algún cruce disparos al aire que huelen a claxon, nadie resulta herido y todo se termina solucionando con unos insultos a distancia con las ventanas subidas. Siempre he pensado que la capa de polvo gris en el interior de algunos coches se debe a insultos que el conductor no ha dejado escapar y han muerto dentro.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Iggy Pop

I am the passenger...
Cantaba mientras la esencia concentrada de felicidad regaba mis venas, como un río rebelde que se desboca. 
La felicidad que usted padece es terminal. Me dijo el doctor.
No puedo imaginar una vida sin una lágrima, sin dolor, sin el recuerdo de esa chica que me encoje el estómago, sin sangre en las encías ni huesos rotos... Sin frío.
And I ride and I ride...
Solamente me queda resguardarme en una fe ficticia en la que nunca creí y esperar que un milagro me parta la vida en dos.