Los halagos sólo son buenos cuando el que los recibe tiene la inteligencia suficiente como para no quererse a sí mismo en exceso.
miércoles, 14 de julio de 2010
jueves, 8 de julio de 2010
domingo, 4 de julio de 2010
Y levantarme siempre a tu lado
Aquella frase dejó de tener sentido a las dos semanas de fallecer su marido.
jueves, 1 de julio de 2010
Ironía al volante
Casi no quedaba nada de aquel cuerpo reventado en la carretera que velaban los mosquitos con babero. El hueso de la nariz aparecía entre la seca mucosa apuntando al cielo y servía de palillo a las hambrientas gotas negras y rojas. De su vientre salía un puño abierto y agrietado que clamaba al cielo la pregunta que siempre sigue a una muerte accidental, sus costillas dejaron de abrazar a la carne para exhibirse a un público impasible con la mirada fija en el resto del camino.
Volvía satisfecho del trabajo, la paja y el verde eran un paso de cebra natural alejado de los raíles del maquinismo y del alquitrán kilométrico que acaba siempre en cascada hacia destino. Gafas de sol contra Helios, brisa con prisa que entra por un resquicio de la ventana y dedos que replican al son de una canción cualquiera.
Dos mariposas enamoradas de pronto pintan la luna del coche de rojo y blanco.
Algo que parece un gato evaporándose y fundiéndose lentamente con una nube de mosquitos observa tan impasible como el conductor que le mató a la eliminación del amor.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)