lunes, 6 de septiembre de 2010

Miércoles

Cantando se fue a su casa, hacía mucho tiempo que no filosofaba mientras orinaba en cualquier bar, con la mano en su miembro y la siniestra empujando la pared.



"Los codos van al cielo..." celebrando la muerte del día y el nacimiento de la oscuridad. Y el tiempo apremia a los insolentes que se dejan vencer por el cansancio, mañana no volverá a ser igual, pero nos da igual a todos. Consúmete raudo que los hielos copulan con el licor nocturno y las agujas penetran. Déjate caer a este lado del meridiano y dime que...todo es mentira. Que no fue tu cintura la que me llenó de ira, que nunca giró tanto el mundo para que nos cambiara tanto la vida. Dime que no estuviste allí y que solamente vi una imagen rota que rompió la puerta de la verdad testaruda, dime que volví a jugar a anudar los collares de sal en el mar, nunca más, nunca más…

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