viernes, 28 de enero de 2011

Desayuno caduco

Fue tan difícil como esquivar una bala de agua. El cielo se cubrió de blanco, la noche se tornó día y perdió su sentido.
Háblame del amor, del rumor que corroe tus pasillos y que no quiere salir. Te hablaré del amor a secas, es un amor deshidratado, despistado y sin corazón, sólo tiene vísceras rojas y negras, es un amor sin maquillaje, feo, puro y real. Es el amor que queda al día siguiente, cuando la ropa interior deja de ser producto de charcutería, cuando el cuello es tan sólo un tobogán pálido que traga saliva y las razones son una pegatina rasgada en la misma pared del bar, olvidada. No hay amor a primera vista pero tantas pistas que nos pierden, tus bragas, el semen, las sábanas a la puerta del iném y las ganas de que te vayas antes de haberme levantado.

martes, 25 de enero de 2011

California

Martes de guerra roja y negra, la marea de plástico llega hasta el tuétano de mi alma y ya casi no puedo respirar. Oteo desde mi azotea bailando con el aire chaquetero, ahora te quiero, ahora no te quiero, y no encuentro motivos para dejar de mirar a un cielo que estalla en estrellas de marfil, buscando quizá la respuesta a un acto iluso. Sería tan fácil morir ahora mismo, unos segundos de adrenalina que no conseguiría de ninguna otra manera para pintar la acera de Hollywood Boulevard con mi vida, un cuadro menor que terminaría detrás de una cortina de polvo en un cuarto sin pomo. No hay mayor motivo para ver la botella medio llena que ver cómo la prolongada sombra de la muerte escribe con sus falanges en la arena tu nombre, sobre todo si la botella es de whiskey.
Hoy casi atropello a una anciana cerca de Rodeo Drive, en un cruce. Juro que siempre voy atento al volante pero... nadie es perfecto. Llamémoslo casualidad, fe o providencia de Alguien. El caso es que no la maté, ni siquiera la rocé.
A veces la musa te visita, pero su cuerpo no son las olas paralelas de un contrabajo ni viste de seda sino con una túnica roja y negra de Martes guerrero que suavemente te araña con su guadaña aunque su sombra no te llegue, de momento, hoy vuelvo a ver la botella medio llena. 

miércoles, 19 de enero de 2011

La otra

Me encanta ser la otra, la amante amada, el recurso, la ilusión y las ganas. Soy la otra y no quiero ser ella. Ella tiene una casa, un coche y un buen trabajo, pero no tiene lo que yo tengo. Soy la otra y vivo en un permanente estado adolescente, con mis bolsas de gusanitos y los nervios ramificándose desde mi cabeza hasta los pies esperando en un bar tomando un café ciclónico o apoyada contra una pared que casi siempre derriba el morse de mis tacones. Yo soy la otra y no tengo nada, salvo una boca que me come los dedos con restos de gusanitos.


La gota que colma

Cien encañonados en la banda,
siento la copla en mis venas,
cortan la coca mi abuela
y mi abuelo Serafín.
Ayer mi rata y la gata
con su ternura y gemido,
en el lodo y en el cocido
del mono que no tiene fin.

La cuna en el bar vela
está en coma y yo lo siento,
y calza con gran conocimiento
sopas de jamón Navidul;
Y va el alacrán que mata,
reptando con una copa,
gran borrachera, su amigo otra,
y allá a lo lejos, un quebav.




viernes, 14 de enero de 2011

Tú sigue

Sigue haciéndote fotos delante del espejo, sigue hablando del amor como quien recita los ingredientes de una bolsa de pan de ajo. Sigue zumbando como el tubo fluorescente que hace de ti una sombra tartamuda, sigue paseándote sin mudas. Abres tanto los ojos que casi te puedo ver desnuda, sin importancia. Sigue haciendo globos de chicle y vuela, sabes de sobra que nunca podría crucificarte pero he decidido bajar la mirada, porque cada vez que salgo a fumar un cigarro a la calle me cuesta levantar la cabeza, el cuerpo me pesa y las ganas se van volando en tu pompa rosada.

jueves, 13 de enero de 2011

Convulsión electrostática

No había nada más allá. Sólo eran luces, sombras y lo demás no importaba. Los gestos cosían el duro mimbre en el aire, cada vez era más difícil la comunicación, faltaba oxígeno entre el heno y el fuego tenía ganas de entrar. Nosotros éramos tan sólo muñecas desamparadas, trapecistas con vértigo sin ego ni eco en una cueva ronca que pedía a gritos follar con cualquier desconocido. Encontramos la respuesta contra un espejo con diferente punto de vista, hijo de puta. Lo hicimos trizas en nuestros nudillos que no encontraron más salida que romper los labios en cristal, el mismo cristal que nos bebió hasta el final.
¿Tuvo sentido?
Nunca lo tiene cuando acabas solo, sola, caminando entre niebla que te habla paso a paso hacia tu casa. Y...¡mierda! la historia se repite, la historia se repite, la historia se repite, la historia se repite, la historia se repite...hasta que se vuelve a repetir de nuevo y mañana te levantarás y...
Nunca lo tiene cuando acabas acompañado, acompañada, caminando entre niebla que te habla paso a paso hacia tu casa. Y...¡mierda! la historia se repite, la historia se repite, la historia se repite, la historia se repite, la historia se repite...hasta que se vuelve a repetir de nuevo y mañana te levantarás y...
Sigues estando viva.

lunes, 10 de enero de 2011

Conversación con la pared

-Me emborracharía hoy mismo. Hay que empezar bien la semana, ¿no?
-Pero...¿Por qué?
-¿Por qué no? A veces no nos planteamos bien las preguntas. A veces anteponemos el placer al deber. Nosotros, los que abusamos del placer, corremos el riesgo de convertirlo en monotonía, la misma monotonía en la que estáis sumergidos el resto de personas que anteponéis el deber al placer. ¿No es curioso? Personas tan diferentes compartiendo una misma monotonía con nombres distintos. Placer y deber, deber y placer. Siempre se ha dicho que el placer sabe más y mejor en dosis temporales no más prolongadas que el deber, la responsabilidad y esas mierdas que nos dan todo el dinero que nos gastamos en bebidas, tabaco, canciones y mujeres, no necesariamente en ese orden. ¡Qué sabrán ellos! Si nunca han pasado esa línea, si nunca han engañado a sus mujeres ni se han pasado con la coca... Nosotros, los malditos, conocemos la luz y la sombra e intentamos navegar cuando queremos en ambas partes...Aunque no siempre es tan fácil amigo...
-¡Tú eres un chaquetero!
-Y de los mejores Tom, y de los mejores...

jueves, 6 de enero de 2011

Quizás

Tenía tantas ganas de escribir que la baba llenó su plato. Cables, enseres y aparatos le hacían pasar el rato. A veces abría rápido la ventana y gritaba, otras tiraba pan a los patos. Tenía una pistola con la que hacía gárgaras, escupía misiles con sonido a diente de leche en lavabo blanco. Qué bonitos son los comienzos… tan fútiles, tan inútiles, como aquellos misiles sin importancia, como la lactancia de madrugada en una ambulancia.
Tenía tantas ganas de escribir que se le olvidó lo que quería decir. Quizás de ella, quizás de la ventana desde donde quería plasmar su plasma. Quizás la acera donde besó sus empastes de acero, quizás sus besos de hielo… Quizás sus quizases.
Quizás quiso adornar los silencios del nunca jamás innombrable. Quizás quiso adorar el altar en el que copuló el óvulo aséptico.
Tenía tantas ganas de escribir que no supo querer a la palabra y la violó brutalmente en su cama.
Quizás nunca ocurrió, o quizás sucedió en tu mente o en tus bragas que palpan deseos de llegar a más, dos manos, diez oportunidades.
Tal vez fue un sueño, pregúntaselo a tus dedos…

sábado, 1 de enero de 2011

Treinta y uno, uno

Apenas eran las doce y las sirenas nadaban a toda prisa por la ciudad. Un 31 no significa nada si no hay un 32, o un 1. Otro año y las mismas canas, las mismas ganas de cambiar de palangana de tantas promesas que uno no puede conseguir. La ilusión es tan sólo eso, ilusión, es dejar pasar la vida con la misma sonrisa, y la vida pasa con tanta prisa que se pasa y se quema en la sartén, y huele a quemado...1, 2, 3, 4...cuántos números más han de pasar para que suceda. Cuento y no contento sigo contando porque no tengo más. Adelante, siempre adelante con un delantal que delata que soy un cocinero de bote de lata. Precocinado. Y el óxido ya me llega por la garganta pero tozudo sigo contando porque no tengo nada.
1, 2, 3, 4...