jueves, 22 de abril de 2010

Dedos eléctricos

Una vez dijeron que mis dedos eran eléctricos. Me enamoré de semejante adjetivo que cautivó mi ego. Soy escritor y borracho. Fumador de almas. Esponja de ojos enjaulados en un cuerpo que no para de moverse en ambientes turbios, nocturnos, seductores y oscuros.

Mis dedos son eléctricos y queman las yemas de la luna llena. Lamen los enjambres y juegan con la aguja que inyecta el placer. Amo la sobredosis de excesos y la copa que llora y siembra de alcohol la barra de cualquier bar. Toco todas las notas con los surcos de mis dedos chispeantes pero no me quiero, no me quiero.

Mis dedos son eléctricos y rasgo con ellos las paredes de un cuarto que me limita. Borro las fronteras que no alcanza vuestra vista y te hago volar. Te quiero seducir sin edulcorantes, como antes de que se inventara el amor. Mis motivos son secretos a voces, son coces que escuecen a mis detractores, actores.

Mis dedos son eléctricos, son pura vida en su máxima expresión. Son golpes con sabor a hueso roto. Mis dedos soy yo, sois vosotros. Seguid dándome motivos para…

No hay comentarios: