viernes, 17 de septiembre de 2010

Cuando todo el mundo duerme

Cuando todo el mundo duerme yo no puedo. Por miedo escribo. No puedo dormir y escribo para burlar, esconderme, huir de aquel mundo tan lejano que vive bajo mis párpados, bajo el escudo de algodón que a veces tanto me ahoga.

¿Puedes sentir ese gélido aliento?

Todos sueñan sin querer mientras yo sueño despierto por evitar la soledad que levita fúnebre sin rastro en este desierto de apenas unas trizas amarillas de lo que antes fueron las rocas que mantenían la vigilia sostenida en unos acordes casi imperceptibles. Sueño despierto y así despisto a mi lado más siniestro. No puedo dormir y pienso en la esencia de la inconsciencia, no tengo paciencia para el exilio voluntario hacia las nubes. El lobo devoró a las ovejas en la urbe y me urge descansar pero no puedo. No puedo.

Cuando todo el mundo duerme yo les miro. Son cadáveres que ganan y pierden aire, pero siempre pierden vida.

¿Puedes sentir ese gélido aliento que llama a tu ventana?

Es el frío que se cuela por debajo de tu manta y te muerde las uñas. Es el miedo a dormir. Es el sol que nunca llega.

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