miércoles, 30 de julio de 2014

Vidrio en los ojos

No deberíamos haber abandonado esa manera de mirar(nos).
Dejamos de jugar con extraños, como extraños, ya no nos extrañamos de no extrañarnos.
Ya conocemos los caminos, los atajos, 
nos volvemos viejos, no volvemos.
Perdemos.



Y te perdí el día que dejé de mirarte con los ojos de un crío.

martes, 22 de julio de 2014

Welcome?

La ciudad me recibió, otra vez, y como si no supiera de mi llegada apuntó con sus turbios ojos hacia otro lugar dentro de los miles de lugares que poseía. Lo sabía.
Yo pisé, la pisé, alcé la vista y respiré el aroma que emanaba de sus poros, de sus medias rotas, del calor que brotaba por sus escotes abiertos en pozos. Sonreí. Lo sabía.
Saxofón en Tribunal, glóbulos rojos que vienen y van, cuerpos hirviendo sobre un asfalto de chicle de alquitrán. Todos buscando apagar ese placer que sólo el estío despierta. Nadie quiere arrugarse, quieren volver a Woodstock y besar a Jim Morrison, pero The Doors no fueron.


Van a gimnasios para conseguir cuerpos que sólo la droga esculpe.
Todos perdemos alguna vez, el tiempo es el dibujo de las cicatrices que de-muestra que algún día pasamos por ahí.
La boca me vomitó en plena calle y ella lo sabía. Caminé dejando cicatrices anónimas hasta mi cama manchada de insomnio.
Sabes que estoy aquí y me pregunto por qué no vienes y me agarras fuerte por el pecho y dejas que tus labios miren a los míos, cerca. Dejemos que sea demasiado tarde para no hacerlo.

viernes, 11 de julio de 2014

Tres: Escribir

Ahora entiendo eso de "fumando espero..." 
Sólo que yo no espero. En vez de esperar, fumo y bebo. 
Porque nada ni nadie va a llegar. Y rompo así la ecuación dejando a un solo factor actuar (en este caso dos, o quizá tres)
¿Qué es lo que nos queda, cariño?
No hables delante del espejo, allá no hay nadie.
Ven. Pero vete cuando amanezca. Cuando no encontremos nuestras máscaras, cuando ya no haya nadie, ni siquiera nosotros dos. Cuando no quieras verme. 
Cierra la puerta, pero no del todo, deja que entre ese filo de luz desnuda que degüelle el espacio de los dedos de mis pies desnudos.
Voy a drogarme hasta drogarte con un beso.
Voy a deslizarme por el tobogán de la carne de tus labios.
La ceniza ya no se mueve, es una masa de olvido sin aceleración, sin fuerza.
Hagámoslo sin fuerza, dejémoslo ir hacia aquel acantilado. 

Entonces todo cambiará.