sábado, 24 de octubre de 2009

El secreto del reloj

Cada noche solamente pasaba un minuto. Acabo de llegar a casa y lo vi pasar.
Tanta droga no es buena, nos convierte en seres violentos.
Noche, copas, risas, medias, novias, botas, escotes, precipicios color carne...
Vi aquel minuto pasar y quise apretar el gatillo y quedarme solo, tan solo que ni yo estaba.
Pelo largo, medias a y 30 y tacones desde donde las mujeres otean la carroña antes de que salga el sol y se evaporen. Sus pendientes son las dagas que pendulan mientras hacen el amor sobre ti. Más te vale cumplir o la vieja inquisición te abrirá en vertical y rojo con su perfume envenenado.
Vi aquel minuto pasar, y me hice un año más viejo.

1 comentario:

martainberlin dijo...

La noche es cruel y roja, sobre todo cuando está llena de Caperucitas y los lobos están que arden.
Un beso.