jueves, 30 de diciembre de 2010

Cemento frío

Ni un email ni una llamada, el cielo amenaza y ahí fuera, en un infierno de asfalto nevado, los coches se quejan con sonido de eunuco, o de cuco. No existe mejor día para pasar inadvertido, hundido entre las sábanas donde tan sólo escalan ecos de furia por la fachada de mi casa, clavando sus garras en el ladrillo se cuelan por una esquina rota de la ventana por la que salía el humo del tabaco en verano. Pero llegan débiles, tan débiles como mis ganas de asomar un pie que haga de periscopio. Ya no distingo entre el techo y la palma de mi mano, ambos mapas conducen al mismo callejón sin salida, sin ti y sin mí. Sin titubeos, sin miramientos, sin un email ni una llamada.
Tan vacío como los vasos de madrugada.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Tus palabras son gemelas de mis sentimientos...bello,pero duele
Besos

marie dijo...

Tan vacío como un amanecer si tu mirada, como tu lado de la cama..
Precioso, definitivamente cautivador.

Clementine dijo...

Precioso.
Esta mañana fue algo así para mi, y tú has sabido expresarlo.
Es un placer leerte.

Ice dreams dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ice dreams dijo...

Algún día comprobaré de qué estoy hecha, pero los caramelos producen caries.
Lo que mas duele de todo no con los titubeos ni los miramientos, sino la nostalgia