viernes, 31 de julio de 2009

Lengua y oído

Vámonos de este antro.
La vi, me vio y me dolió.

Nos vimos y nuestros párpados se hincharon tanto que sentimos el abanico ocular del contrario a cada insignificante pestañeo. Sin necesidad de guerras y en bandos diferentes lanzamos flechas en parábolas que siempre acertaban.

Nos hablamos.

Cosquillas en esa carretera sinuosa llamada oído que siempre llega al orgasmo. Lindo el juego de la palabra en habitaciones ruidosas, linda su boca que dispara un aroma que engancha mi alma escamada con el anzuelo sin hueso y flexible, el mismo que quisiera anudar con el mío. Linda la mentira envuelta en brillante plástico que abro de camino a casa; caja vacía. Caja vacía que abro cada noche en busca de un aliento que dé música a este pentagrama escuálido, pálido, ávido de.

Píntate las uñas de los pies, mi lengua será roja.

1 comentario:

ele dijo...

Con las uñas pintadas todo es más perfecto,
dejará!