viernes, 10 de julio de 2009

Y todo a media luz...

Y la muerte se hizo presente con el viento golpeando las ventanas. Se había ido la luz en toda la manzana y nuestros ojos eran incapaces de replicar una chispa, en silencio y cabizbajos, unos sentados y otros de pie apoyados en el alféizar observando el indefenso reino de asfalto mientras iluminaban escasos centímetros de aire a base de caladas. El techo de la casa era inalcanzable, estaba decorado con nubes cargadas de humedad que oteaban desafiantes nuestras irrelevantes figuras. Los alaridos de la oscuridad extendieron su negra alfombra mientras la mirada muda. Volvimos a ser animales, volvimos a ver las estrellas desde un tercer piso de la ciudad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

buenas noches niño cuento ;)

MIL