lunes, 26 de mayo de 2008

Más de lo mismo

Era un tanto peculiar, caminaba lento, rápido, lento rápido con los cascos puestos escribiendo en la trasera de sus hojas de recibos del banco, nadie existía y en los bares abandonados sólo bebían las luces de colores, la de la tragaperras y la intermitente luz catódica.
Escribía de camino a casa cuando regresaba por la noche, sólo escribía por la noche, pero el camino solamente le recordaba lo que había escrito la última vez que volvió a casa. Las mismas calles en números rojos sin nada que ofrecer, los mismos pasos cansados y el vaivén de un cuerpo empuñando un bolígrafo escribiendo unas líneas, izquierda y derecha, izquierda y derecha que abandona para coger las llaves del portal y acabar de escribir para ella entre interferencias de una radio atrapada en un ascensor ascendiendo.
Casualmente siempre acaba la canción justo antes de hacer girar la llave que lo traga en casa, donde no sabe escribir ni se acuerda de ella porque no la escribe.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me gusta escribir en el metro, con sabina o ismael de fondo, en el reverso de los recibos del banco, entre las líneas de los libros, en hojas sueltas... y siempre a mano (mejor si es a lápiz)... y siempre de noche...


la 'madrugada' no es un buen momento para tradiciones, así que hoy no destrozo el texto, :)

el domingo estaba el día más propicio para peli, manta en el sofá y un café calentito, con poca leche y much azúcar, ;) y, ya se sabe, de aquellos polvos, estos lodos: acabo de terminar el primero de mis ocho artículos, que, precisamente, se titula así (de aquellos polvos, estos lodos)sobre la crisis del PP y la incapacidad de Rajoy para dar un puñetazo sobre la mesa y poner a todos firmes...

me voy a la cama...
buenas noches