martes, 11 de diciembre de 2007

Nunca más

Entró en aquel despacho impoluto y sumiso hizo caso a la afable orden de sentarse en el diván por parte del psicólogo. Tardó pocos segundos tras la típica conversación de plástico acerca de su estado para comenzar a hablar de sí mismo;
-"Tengo miedo, miedo de lo que pienso, de lo que piensan, de la muerte, del rechazo, de cómo me ven los demás, tengo miedo cuando me siento solo en un parque y pienso en la brevedad de mis propios pensamientos y en cómo se desgastan después de levantarme para ir a otra parte en ninguna dirección. Pienso mucho en el sexo, con muchas mujeres, pienso en querer a la primera mujer que me hace caso, la olvido cuando me ofrece una negativa y la odio cuando me ofrece una amistad de plastilina de color rosa que durará el mismo tiempo que la misma conversación y vuelvo a pensar lo mismo cuando conozco a otra mujer. Siempre que me levanto, tarde, todas las mañanas me masturbo y cuando me voy a dormir abrazo la almohada y me imagino soñando feliz al lado de un pálido maniquí. Intento hacer feliz al sexo opuesto dejando de lado mi propia vida por un momento y cuando me doy cuenta de que no ha valido para nada caigo de nuevo. Vivo esperando algo que no llega, no sé a lo que espero pero espero algo mientras dejo de vivir en una constante moribunda que no soluciona el alcohol. Y he pensado dejarlo, muchas veces, pero ese halo misterioso basado en una cotidianidad de segunda mano parece que me persigue y cada día se repite..."
-"Tómese estas pastillas tropecientas veces al día y vuelva la semana que viene, no se preocupe, usted tiene un síndrome apongénico derivado en una inestabilidad apoteósica con ciertos tintes de fulgencia que tiene absolutamente remedio, no se preocupe"
-"Gracias doctor, aquí tiene su cheque"
-"(Pirado de mierda...Nada más salir del tajo me voy a ir al banco a sacar la pasta de este pajero y me voy a ir de putas)"

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pagar en cheque..? Jamás!
(De hecho, pagar... Jamás!)