sábado, 4 de enero de 2014

Miradas

No quiero volver atrás.
Duele.
No quiero asomarme al futuro.
Vértigo.
Y el presente...
El presente se va, se oxida demasiado rápido, se asfixia. 
El presente que vivo lo convierto en pasado.
El futuro que espero mata un presente que ni siquiera percibo por estar mirando hacia un horizonte que nunca parirá ese tren.
Y yo esperando, sin paraguas, con cerillas mojadas y un reloj que no se cansa. 
La mirada del perro al que han molido a patadas, la del niño castigado, la de la derrota y el cansancio. La mirada abatida bajo la venda. 
El sudor y una lágrima.

El andén repleto de gente con paraguas.

No hay comentarios: