jueves, 9 de enero de 2014

Love is to die

Se nos fue la luz, toda una vida buscándola para acabar en aquellos sucios servicios a oscuras. Tenías tantas ganas como yo de no tener motivos para. Hicimos música sorda y carnosa. Manos arriba, fuera camisetas. Nunca vi un cuadro tan bonito pintado en piel, sin marco, sin límites. Manos abajo, fuera pantalones.
La gente se meaba, golpeaba la puerta, o quizá eran los empujones contra la pared lo que sonaba. 
Mudos, sordos y ciegos. Comunicación bidireccional perfecta. Llagas en los dedos atrapados entre las costuras, cosimos con consecuencias como cirujanos borrachos impacientes por acabar la jornada laboral un viernes oscuro, sin calcular un amanecer que no nos importaba.
Hora de la defunción: el amanecer.

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