jueves, 16 de enero de 2014

Nueva ciudad, nuevo jueves

Las mentes se masturban, cansadas buscan escapar de la monotonía de otro día, otro día, otro día, otro día.
El problema reside en la búsqueda. Todas esas mentes buscan la X que marca el tesoro, demasiadas monedas de oro con las que no se pueden comprar más mapas.
Y caemos en la repetición, y nos damos a la bebida y a las chicas de miradas fugaces capaces de crear tensión en entrepiernas.
Las mentes se masturban. Caminan con pies de lodo y se esconden tras el telón de la misma obra de teatro, circo a veces.
Suerte que las mentes pueden cambiar de andén, sus conciencias alteradas saltan y cambian de dirección con el chasquido de un dedo que roza bajo las plumas de un edredón empapado de perfumes extraños, cuerpos diferentes, misma fisonomía. 
Nadie más allá de una mirada borracha. Sólo bultos uniformes.
Las mentes copulan, se abren y cierran las pestañas de sus piernas, impuntuales como una cita repetida mil veces.

Esta noche volveré a tropezar, 
pero no en la misma mente.

No hay comentarios: