lunes, 23 de diciembre de 2013

opmeiT

Mi boca, cueva se suspiros que no dibujan nada, vaho bajo cero asesinado. 
Ni un solo testigo.
Que el tiempo se nos va y no nos deja nada más que tiempo, que es tan sólo el recuerdo de una cerilla quemada en la hoguera, la piedra de cuello quebrado por los pasos sin importancia, el calcetín agujereado que me da pena tirar.
Que el tiempo se nos va y hoy se nos ha olvidado follar. Y los dos con las ganas en los huesos, famélicas.
Mis dedos, agujas de reloj nerviosas sin arco ni Robin que acierte el disparo a tu cintura, el tiro por la culata y las balas...


¿Dónde están las balas?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me recordó a mí misma, a algo que escribí hace tiempo... Siempre el tiempo. Mil


Y así se me fue pasando la vida,

pensando en ti,

tan cerca, tan lejos.

Y así se te fue pasando la vida,

pensando en mí,

tan cerca, tan lejos.

Y así se nos fue pasando la vida,

pensándonos,

tan lejos, tan lejos, tan lejos,

pero tan cerca.