jueves, 27 de noviembre de 2008

Madrid

Madrid es un paraguas color arco iris bajo el cual podría residir el mundo entero, de hecho ya lo habita. En la Gran Vía puedes observar en la puerta de una tienda oriental la cuidadosa técnica fumatoria del espigado dependiente, índice y corazón humeantes señalando al cielo, o en cualquier parque puedes perderte entre el verde a observar a gente dando un paseo, corriendo o simplemente perdiéndose como tú, es una ciudad tan inmensa que las cosas extravagantes o únicas tienen la casualidad de verse repetidas en cualquier lugar de la ciudad, la ciudad de los extremos.
Las entrañas enmarañadas de calles que bajan de la Plaza Mayor al Congreso son verdes y marrones, estrechas y acogedoras con poemas en el suelo que nunca se pisan por respeto. Los bares cercanos a las zonas de negocios huelen a humo de puro que deja entrever falsos apretones de manos y reflejan tras sus cristales un olor opaco a importancia revestido de etiqueta y sonrisa perfecta sin calvicie.
Es una ciudad desestructurada donde llegar tarde es llegar puntual, una ciudad que debería tener al menos treinta horas, treinta horas para amarte.
Madrid tiene
amigos
en
cada
puerto
y un infierno con candentes raíles donde un demonio te aguarda en cada parada.

Madrid puede ser Dirdam.

Solamente allí los pájaros son valientes, o quizás demasiado curiosos, y aterrizan a un palmo de tí preguntándote de una manera aterradoramente bella cómo te va el día, sólo en Madrid los lejanos pájaros asmáticos pueden formar un gigantesco collage y convertirse en un cuervo asesino, tan solo por un instante, ¿verdad?
Madrid eres tú en Monforte de Lemos, Madrid eres tú en la Calle Redondilla, Madrid eres tú desde el primer día en Méndez Álvaro, y yo no soy nadie sin vosotros.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Madrid es el todo y la nada
ciudad de extremos,
nunca términos medios,
como tú,
como yo,
como nosotros.
Madrid es la ciudad infinita,
donde la luz es irrepetible después de la lluvia,
donde tus pupilas se pierden en las luces de la noche.
Madrid es el Retiro; Madrid es los sueños; Madrid es su gente, son sus calles, es su magia; Madrid es perderse y encontrarse y volver a perderse; Madrid es vida, es muerte, es sonrisa, es llanto; Madrid es echarle ganas aunque te cueste.
Madrid es cerrar los ojos y dejarte llevar...

No soy objetiva... estoy enamorada de MADRID, del Retiro, de La Latina, de su plaza Mayor, de sus rincones, de Lavapiés, de sus cafés, de su historia, de sus poemas, de Tirso de Molina, de sus canciones...


Sabes algo?

Madrid no es lo mismo sin ti

Anónimo dijo...

y ya puestos, por los viejos tiempos, por aquello de que vale más poner dos que uno (comentarios, claro) ahí va...

otro enamorado de Madrid
hijo adoptivo, como yo

http://www.youtube.com/watch?v=gXs_FYYHPeg

(se veía venir, no?)
:D

Anónimo dijo...

Esa ciudad que está después de donde me deja el tren cuando regreso al mundo real... demasiado cargada de sueños y deseos como para entusiasmarme...

besos del bicho palo a... (ya te pondré mote no te apures es que ahora estoy espesa :b)

skldá dijo...

A veces es el tiempo, pero no siempre, al final ni la espera ni lo compartido es importante si la distancia "social" es demasiado grande...

En cuanto a lo de los consejos no sé si será patético, dado que una de las funciones de los psicólogos es el consejo quizás quiero pensar que tiene algún valor, intento creer que no es patético, o al menos no siempre... pero de todos modos no está demás plantearte las cosas como lo ven otros... :)

besos

skldá dijo...

Muy buena la foto del fotolog... hay que llevar la cámara siempre encima para capturar un trocito de nuestra realidad y prestársela a los demás... :)

besos