sábado, 1 de noviembre de 2008

Hace frïo

Siempre, las gotas caen lentas, aparecen las cuentas del dolor matemático, suena el aire opaco y mis pasos se derriten en zumo de lsd desde el cielo, forman charcos despreocupados, espejos de lo que nunca volverá a ser, recuerdos del pasajero ebrio de madrugada. Los coches pasan y se olvidan, encienden el pisoteado asfalto fruto del desconcierto sinfónico de los neumáticos con prisa. Me cambio de acera, soledad me espera al otro lado, traje transparente, una larga y negra cortina cabelluda y la mirada afilada de un cirujano mientras la gente vuelve en sentido contrario, o quizás va.
Nunca, fiel a ti esnifo tus ojos y ensancho mis venas, la circulación se multiplica, inyección que riega mi cerebro de tus profundos pálpitos y así me llego a conocer en tercera persona, ya no hace falta que salga de mi cuerpo. Hace frío y no quiero llegar a casa, sólo rellenar estas líneas con un fin:nada.
Cantarme hojas caducas que besáis obligadas el suelo que piso, contarme qué veis desde allá arriba y si la veis, mis brazos no llegan y bebo del delirio en la distancia con el fin de fabricar un trozo pálido de tu piel, nunca ese virgen color blanco cobró un significado tan completo ni amplió mis ganas de comer sin cubiertos ni servilleta, ni siquiera encima de la mesa, nunca ese virgen color blanco cobró tal importancia entre sábanas sin importancia, nunca el sexo entre paréntesis derritió las paredes de tu casa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

sabes aquello de que, a veces, las palabras pierden su sentido? después de leerte aquí y allí, después de tus mensajes y de tu correo, me siento incapaz de decir ni escribir nada... nada más de lo que tú ya sabes...

milmillonesdebesosalcuadrado,alcubo
multiplicadosporinfinitoyyatelodije
unavez,silaecuacióndacerooenalgún
momentollegasallí,vuelveyyanosinventaremosalgo

:)