lunes, 18 de mayo de 2009

Roe, roe, roe...

Roe el tuétano de mis huesos, como la uña y la pizarra desgarrando lenta y violentamente. Salen mal parados tanto la víctima como el agresor, en este caso ambos coinciden en la misma persona, en el mismo cuarto lleno de vasijas difuntas por gula que siguen tragando lágrima a lágrima las gotas que irremediablemente suicidas se lanzan desde un techo blando y putrefacto fruto de la humedad. Si desde allí nos ve Alguien, debe estar peor que nosotros.
Abatido por las balas con dirección y sello caminaba herido de vuelta a, encontrando solamente consuelo en un coche fúnebre aparcado delante de la iglesia. Ahora los coches negros no imponen tanto como antes, ¿hemos aceptado la muerte mejor que hace años o simplemente la ignoramos?
La muerte consuela, nos dice que tenemos todo el tiempo del mundo, pero yo sigo cabizbajo intentando encontrar en el mapa asfáltico la gran x sin saber que un paso de cebra me puede enterrar.
-"Doctor, ¿qué tengo?"

2 comentarios:

Anónimo dijo...

- Tiene usté una guapura que no se puede DE aguantar

;)


MiLmásMiLmásMiLmenosonce

Azul en Verso dijo...

A mi la muerte me asusta
me divierto tanto en esta tierra
q de sólo pensar q en cualquier momento se me acaba la alegría, tiemblo...
pero bueee no le huyo.