viernes, 15 de mayo de 2009

Sólo existe hoy

Se confundieron las manos y el cielo, la libertad con los grilletes de algodón de azúcar, las heridas y los puntos de sutura, la miel que brota de la costra. Todo fue una amalgama de metales pesados que cayó sobre los socavones de mis dientes como un delicioso postre tóxico. Y yo pensando en palpar tu entrepierna por debajo de un mantel de papel infestado de lunares blancos con forma de miga de pan. No me gustan los banquetes con disfraces, me gustan los disfraces que la hambrienta luna nos regala, cuando los últimos compases del tango crepuscular comienzan a vestirnos con la oscuridad justo antes de que la luz de las farolas destroce nuestro rostro. Por eso nos refugiamos en la confusión del sinnúmero y nos fusionamos con el licor y más tarde el licor se fusiona con nosotros en las noches donde la reciprocidad no existe.
Mañana será otro día...

1 comentario:

Nikaperucita dijo...

Y no dejas lugar a las dudas ni a los errores entre palabra y palabra, ¿como lo haces? :)