lunes, 3 de noviembre de 2008

Publicando en silencio

Y escribía pausado en su espalda, tersa, cóncava y convexa, ella, precisa, escuchaba ciega y atenta el húmedo trazo del amanuense, empeñado en escribir solamente para ella. Sus dedos se hundían lentamente sin que ella notara la presión en sus costillas, nunca un piano sonó tanto a mujer ni una mujer tanto a música. Los libros apilados sobre Sansón dibujaban pasos de cebra borracha sobre dos cuerpos proyectados por la última y rojiza luz de un Sol curioso que susurraba lentamente un "Hasta mañana" mientras hacía mutis por el foro estirando su cuello con el fin de saciar su deseo de ver lo que firmó que no vería en el contrato ante el tribunal de las reglas de rotación natural. En su habitación la ropa estaba en guerra, calcetines tiroteados, jerseys con el cuello roto, pantalones que dieron la vuelta campana y explotaron, los de pitillo prendieron la dinamita, las chaquetas metálicas lucían condecoraciones que si bien no tenían nada que ver con la guerra, promulgaban el exceso a través de tres palabras en forma de chapa que difundieron primeramente los Rolling Stones, banda cuyo nombre surgió por un blues de Muddy Waters llamado Rolling Stones o más popularmente conocido como Catfish Blues (el Blues del Siluro). Como animales sedados, uno el escriba y ella el atril de su propia espalda dejaban marchar el día entre líneas que no querían extinguirse y que, a pesar de vivir sobre su piel, el filo de aquel cuerpo podía cortar mi respiración que espiraba paulatinamente trozos de vida en una cama que ella hizo mía también.

1 comentario:

Anónimo dijo...

empecé a escribir...

si ella hizo tuya su cama seguro que fue porque escribiste, pausado, en su espalda...


pero me di cuenta de que haciéndolo te echaba demasiado de menos...


besos
todoslosquequepanentuboca