lunes, 22 de enero de 2007

Desde mi azotea

Ahí está, la prolongada expresión de un no sé, mueca retorcida de la interrogante.
La espera sólo alimenta la duda, que tímidamente
pasa a convertirse en un inquilino más del ático.
Estúpida cortina tupida de lápidas,
te animo a arrancarla y convertirla en alas,
cupido no existe, son mis cumplidos los que te visten
y no hay nada más allá de dónde se pierde la vista, es triste.
Cinéfilo a tus ocho milímetros de negro fotograma,
hoy he clavado un poco más la estaca en la pared para poner tu retrato.

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