viernes, 8 de abril de 2016

Two roads diverged in a yellow wood

Cuántas opciones entre millones, 
tomamos sólo una entre tantas decisiones.
Picas, tréboles, ases o corazones.
Y sólo una.

Las calles respiran, conjunto de células que forman bípedos en continuo movimiento, en pareja, solas o en grupo. Gran arquitectura de piel y huesos. Beben latas de cerveza, fuman y hablan de sonrisas bajo la luz eléctrica de farolas impasibles que todo lo ven. 
A veces creo que soy como una farola fundida, apoyado en la puerta del bar intentando buscar cada historia dibujada en esos pasos que vienen y van. Olas de mar de cemento y goma de zapatillas, colillas y basura en la capital.
La calle es lo suficientemente estrecha como para enjuagarse con los perfumes de todos los transeúntes y escupir una flor con manchas de tubo de escape. Es viernes de Venus y la gente vive volátil a ras de suelo desvirgado abierto siempre por dos calles. A veces van a dar al mismo lugar, otras, nos equivocamos. El tono de voz surge como un coro en plena sinfonía con el caos. La proporción áurea de los cuerpos construye un pentagrama de amor al prójimo basado en la puesta en libertad de los reos. Es hora de beber. 
Ester pone cañas, pinchos, patxaranes, licor café y vino. Siempre atenta detrás de la barra dando felicidad de cristal por el que mirar hoy. 
Millones de opciones, y sólo una:
Romper esas células a golpe de vaso 
y hablar mañana del camino no tomado.


TWO roads diverged in a yellow wood,
And sorry I could not travel both
And be one traveler, long I stood
And looked down one as far as I could
To where it bent in the undergrowth;        
Then took the other, as just as fair,
And having perhaps the better claim,
Because it was grassy and wanted wear;
Though as for that the passing there
Had worn them really about the same,         
And both that morning equally lay
In leaves no step had trodden black.
Oh, I kept the first for another day!
Yet knowing how way leads on to way,
I doubted if I should ever come back.        
I shall be telling this with a sigh
Somewhere ages and ages hence:
Two roads diverged in a wood, and I—
I took the one less traveled by,
And that has made all the difference.        

1 comentario:

Lucía V. dijo...

Brutal; cuánta realidad!!!