domingo, 30 de noviembre de 2014

Desde Berlín

Es de noche, siempre es de noche y pocas veces amanece.

Desde Berlín lanzamos bombas silenciosas, con la fuerza atómica de un gesto fuimos capaces de sembrar de vida la semilla del amor tanto como de romper la cara a la dulce Caroline. 

Nathalie Poza y Pablo Derqui han creado su propio e indivisible microcosmos en suspesión dibujado en una habitación rota de vidas más rotas aún, donde la vida titila sin dirección en la autopista cuesta arriba hacia el dolor. 

¿Conoces esa sensación de euforia que te deja sin palabras? Ese momento justo después del chute, cuando los ojos se cierran y el mundo se abre en dos partes iguales, como una manzana golpeada con el frío y seco beso del filo de un cuchillo. Y un corazón dividido, pero con dos semillas.

Así me quedé cuando se bajó el telón.
Y con dos o tres lágrimas menos.




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