No deberíamos haber abandonado esa manera de mirar(nos).
Dejamos de jugar con extraños, como extraños, ya no nos extrañamos de no extrañarnos.
Ya conocemos los caminos, los atajos,
nos volvemos viejos, no volvemos.
Perdemos.
Y te perdí el día que dejé de mirarte con los ojos de un crío.
2 comentarios:
Creo que no es la primera vez que me pasa, pero tus palabras me recordaron a otras /Es una pena, 2 de junio de 2008/ ¿Lo recuerdas? Seis años después volvería a escribirte lo mismo.
Mil
No podemos ser eternamente críos ni mirarnos así. Lo mismo hay que empezar a mirarse con nuevos ojos.
Publicar un comentario