viernes, 11 de julio de 2014

Tres: Escribir

Ahora entiendo eso de "fumando espero..." 
Sólo que yo no espero. En vez de esperar, fumo y bebo. 
Porque nada ni nadie va a llegar. Y rompo así la ecuación dejando a un solo factor actuar (en este caso dos, o quizá tres)
¿Qué es lo que nos queda, cariño?
No hables delante del espejo, allá no hay nadie.
Ven. Pero vete cuando amanezca. Cuando no encontremos nuestras máscaras, cuando ya no haya nadie, ni siquiera nosotros dos. Cuando no quieras verme. 
Cierra la puerta, pero no del todo, deja que entre ese filo de luz desnuda que degüelle el espacio de los dedos de mis pies desnudos.
Voy a drogarme hasta drogarte con un beso.
Voy a deslizarme por el tobogán de la carne de tus labios.
La ceniza ya no se mueve, es una masa de olvido sin aceleración, sin fuerza.
Hagámoslo sin fuerza, dejémoslo ir hacia aquel acantilado. 

Entonces todo cambiará.