martes, 22 de julio de 2014

Welcome?

La ciudad me recibió, otra vez, y como si no supiera de mi llegada apuntó con sus turbios ojos hacia otro lugar dentro de los miles de lugares que poseía. Lo sabía.
Yo pisé, la pisé, alcé la vista y respiré el aroma que emanaba de sus poros, de sus medias rotas, del calor que brotaba por sus escotes abiertos en pozos. Sonreí. Lo sabía.
Saxofón en Tribunal, glóbulos rojos que vienen y van, cuerpos hirviendo sobre un asfalto de chicle de alquitrán. Todos buscando apagar ese placer que sólo el estío despierta. Nadie quiere arrugarse, quieren volver a Woodstock y besar a Jim Morrison, pero The Doors no fueron.


Van a gimnasios para conseguir cuerpos que sólo la droga esculpe.
Todos perdemos alguna vez, el tiempo es el dibujo de las cicatrices que de-muestra que algún día pasamos por ahí.
La boca me vomitó en plena calle y ella lo sabía. Caminé dejando cicatrices anónimas hasta mi cama manchada de insomnio.
Sabes que estoy aquí y me pregunto por qué no vienes y me agarras fuerte por el pecho y dejas que tus labios miren a los míos, cerca. Dejemos que sea demasiado tarde para no hacerlo.

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