miércoles, 16 de octubre de 2013

No sé pasear

No sé pasear. Y cuando lo intento parezco pelotudo. 
Siempre me ha empujado la urgencia, la urgencia por llegar, aunque llegue con tiempo de sobra para gastar. 
Aquí estoy. Aprendiendo a pasear. Las cuestas me ayudan a ralentizar el dibujo de mis pasos, baile de babor a estribor, sin que nadie se percate, porque todos son nadie aquí y nadie puede ser todo en una, encerradas en nadie. En nada. Quizá esa chica que no me ha mirado o que miró cuando no miraba. 
Cada tramo de calle se divide como el color de la piel de una serpiente potencialmente venenosa que repta entre una oscuridad absoluta, casi olvido, y la luz de las farolas que lanzan un color que mi retina no había tocado todavía. El color de la yema de huevo de granja que vende aquel pollero con pinta de sucio carnicero en la pollería de la corredera baja de san pablo. Esa yema virgen que acaba de ver su final en una sartén bañada en aceite hirviendo. Es un color pacífico, que llama a la confianza. Un color potente que todavía bombea vida.
Aún no sé pasear.
Creo que paseo cuando estoy ebrio, como el borracho Oliveira en el club de la serpiente. Pero siempre tengo prisa por llegar. Llegar a dormir, vomitar o follar. 

Bambileando deloraba con mi lengua su fultera. Ella ni siquiera deraba, sólo tensía el ansia por tarregar nuestros fultros. Yo vadaba los ojos en el tirema y ella gadaba el trensilo en una cruda noche gultana.

Los bares tienen nombres maravillosos que incitan a entrar; María Bonita, Louie Louie, Toma Café, Lola Loba... 
No sé pasear pero sus estrechas calles me ayudan, me invitan a perderme, mirar, entrar, preguntar y hablar. Pero así uno no aprende a pasear.
Aún así no me pierdo, corriendo apresurado a casa para no olvidarme de su perfume a orín, travestis, comida rápida y glóbulos rojos con una dirección marcada.

1 comentario:

Montse dijo...

Llevaba tiempo sin pasar. Noto cambios por aquí, me gustan los cambios. Y que estés aprendiendo a tomar el café con menos cafeína para poder disfrutas los paseos y que sean menos las carreras.
Un beso.
Tuya.