domingo, 8 de marzo de 2009

Vuelta a la bebida

Las piedras fueron protagonistas entre gritos, entre sus grietas. La calle llena, rebosante de sequía incapaz de ser colmada por cubos de hielo que tan sólo adornan el cristal, cristal por todas partes, en los balcones, en las ventanas a pie de calle, puzzle de cristal en el suelo que nadie intenta componer de nuevo y gargantas castigadas por la euforia nocturna, éxtasis etílico que se masturba en cada mirada a cada cuerpo diferente. Las pupilas eran cuadradas en el esperpento y la cara deformada, pero no importaba, aquel tobogán era divertido y la velocidad nunca jugó malas pasadas. Fue el polvo perfecto, con el amable camarero y con las desconocidas con las que compartí casi medio pitillo. Nunca supe fotografiar lo que vi sin cámara mas las palabras son parcas para hablar de la vuelta a la vida. Tendrás que mirarme para entender.

1 comentario:

Anónimo dijo...

pues espero mirarte (verte) pronto porque no he entendido nada...

quizás así es mejor, ¿no?


MiL