Y qué mejor escaparate que tus ojos para despegar(me la piel a tiras). Te he mirado fijamente y con mis dedos he diseccionado tu iris multicolor para pintar el aire que nos separa. He leído tus caderas con el bisturí sedado de los segundos prestados.
Ya no volverán.
Y qué mejor altura para intentar volar que tu hombro.
No existe vientre mejor que me acune. Dime la razón ventricular que bombea tu plasma y seda mi sien cuando apoyo mis recuerdos para oírte respirar las partituras oxigenadas de tus suspiros.
Que ya no volverán.
¡Mierda!
No hay comentarios:
Publicar un comentario