lunes, 20 de agosto de 2012

Poligamia musical

Mágico como el jazz improvisado en negro y blanco.
Con la pausa de la experiencia y la impetuosa velocidad del aprendiz.
Ojalá tuviera tantos dedos sobre ti como el pianista, no hay nadie mejor a la hora de abrir cajas fuertes.
Cinco largas cuerdas bombean silenciosas hacia el centro de la tierra. Apaga los ojos y enciende la noche. Voy a mantener el tiempo en suspensión recorriendo el bajo de tus piernas.
Se me olvidó respirar mientras me hablabas.
La trompeta de Miles arqueaba tu columna. Cayeron estrellas que ahora pintan nuestro cuerpo en forma de lunares, otro lunes fuera de los bares.
La cena cadáver y la timidez de nuestros cuerpos defenestrada por el saxo. Dejamos que el egoísmo famélico devorase nuestros restos y nos dedicamos una canción a compartir el aire.

Cerca, muy cerca.

Casi sin tocarnos.

A veces no hace falta hablar ni componer la letra de una canción.


A veces la canción eres tú.

4 comentarios:

Clementine dijo...

Muy grande, ciencafés.

S. dijo...

qué lindo!

conbotasrosasye_yé dijo...

a veces la melodía es una composición de cuerpos acariciándose sin tocar...

TU.

Una sonrisa que usó la trompeta de Miles para arquear su columna de dientes :)

Soraya Bruxa Moura dijo...

Últimamente,estás para tomarse cien cafés o más!
Sigue poniendo la cafetera bien cargadita, me encanta, y mucho.