jueves, 25 de agosto de 2011

Botellas vacías

Yonqui perdido, sólo escribía cuando el aburrimiento le llamaba. Sin mujeres, ni alcohol, ni compañías que se diluían bajo luces de neón, sin salida a su diversión. 
El mar muerto vacío, se pueden ver todavía los huesos de cerámica de sus cadáveres. Allá el pasillo bosteza un largo pergamino cubierto de polvo semi desnudo, sellado con pisadas que suben por la pared y que acaban en forma de lámpara tenue y triste, pariendo una luz abortada que da vida a una parte de la casa de paso, como una gasolinera, un aeropuerto o una prostituta.
En la terraza una abeja raspa un tronco de bambú vacío. Todos buscamos una casa, solamente es cuestión de tiempo que las paredes nos aplasten.
Y todas las botellas vacías, también las de agua.

4 comentarios:

Sol en las alturas dijo...

No todas las botellas se vacían. Eso hay que tenerlo en cuenta.

Saludos.

Sofía dijo...

que triste y hermoso, bellísimamente escrito.
En especial en estos días de mal humor que veo todo a traves de botellas vacías.

conbotasrosasye_yé dijo...

ante posible aplastamiento: salir por la ventana!



:) una sonrisa de agua granizada.

la chica del ático dijo...

habrá que escapar por las ventanas cuando las paredes se nos echen encima.