lunes, 21 de febrero de 2011

Ojos

Las pupilas se abrieron como cortinas, la luz sembraba pequeñas bombillas en cada una de sus células desnudas, avanzando como el cáncer, como una ola que en su último hálito roza con su dedo más largo uno de los tuyos. 
Otro Lunes con nubes grises, en su cuerpo los mismos lunares en los mismos lugares, la cama una guerra: toda la ropa muerta. El techo blanco y gigante y la puerta tan lejos como ayer. Los bostezos  siempre oteando la taza de café como un gran agujero negro y los recuerdos encadenados al tobillo, arañan el suelo. Hay demasiados surcos en esta casa.
Bebe a ciegas en un pasillo de memoria y vive por inercia. Su energía es opiácea y planea sobre la marea de su bañera, lentamente. No existen las prisas cuando uno está muerto, o cuando no tiene nada que hacer. Ella nunca  supo diferenciarlo.

Tímidas se abrieron, susurrando pequeños impulsos de vida pestañean.

4 comentarios:

isabella dijo...

Aliena vive mi vida y la pasa a historia en mi mente:)//
Odio los Lunes...es cuando me llegan las malas noticias...

Kris Diminutayazul dijo...

muy muy bonito.. para observar y sobre todo saborear despacio...
;)

María Part dijo...

me ha sorprendido el final... nunca había visto la muerte de esa forma! :)

Ice dreams dijo...

La monotonía es la única dueña y señora de sus pupilas, sus cien cafés, sus dedos y todas las pertenencias que ella creía tener...