sábado, 18 de octubre de 2008

Frío

Se oyen voces casi orgásmicas abajo en la calle Palominos, los americanos llevan en los genes la colonización de los colonizados y sus indescifrables palabras arrasan con la calma de una larga y estrecha calle sosegada en un segundo plano por las suaves y profundas notas de un piano fantasma.
En el bolsillo izquierdo el mechero y en el derecho el tabaco de liar, enciendo y kamikace me suicido un poco más mientras mato el tiempo observando un asfalto teñido de hojas verdes, chicles y papeles y un cielo blanco e impoluto como una mesa de operaciones.
La ciudad entera es una gran tarta llena de velas metálicas que están por estrenar y me pregunto por qué suena el viento si aún no están encendidas, ardo en ganas de presenciar su cumpleaños.
Balcones vírgenes, cristales sucios y abejas que saborean miel rancia en todas las habitaciones, es la hora de comer y los zombies famélicos danzan hacia sus casas para recibir el aguijonazo diario, el mismo chute que devuelve sus vidas a escala de grises, tienen suerte de no ser ciegos.

En el bolsillo izquierdo el mechero y en el derecho el tabaco de liar, segundo cigarrillo mientras veo la vida pasar sin mirar el color del semáforo.

3 comentarios:

skldá dijo...

Vaya, ya volvió la musa de sus vacaciones a pleno rendimiento... yo no creo en verdades ni en mentiras, ni en zombies famélicos ni en esos sapos regordetes que los lanzan sus migajas... pero siempre creo en el frío, en ese que ni todos los edredones del mundo pueden aplacar, en ese que estrangula mientras tiritas...

besos

Anónimo dijo...

en el bolsillo izquierdo un puñao de besos; el derecho vacío, será la crisis

...


...


sólo me gusta el frío cuando veo la vida pasar sin mirar más allá de tus ojos bajo una colcha extranjera

Alfil dijo...

Dias regidos por los dias mismos.
Otoño, invierno, da igual.
Pero la rutina es mas bonita en tonos marrones.

;)