miércoles, 28 de noviembre de 2007

La equis del mapa

He venido para decir que me voy. Necesito hacer las cuentas para saber cuánto espacio me queda, cuántas horas y cuanta cera de esa vela. Necesito volver a necesitar, levantarme y vestirme de vagabundo, marchar y recordar el eléctrico paladar que me dio tantos besos para comer y me mantuvo famélico sin chispas que llevar a la boca. Ahora la abstinencia, más tarde el mismo cobarde arderá con los excesos, convertidos en sucesos que se elevan en un cenicero.
Necesito volver a esa ladera donde se afilan los árboles con el frío que hace llagas en mis labios, surcos donde jugamos a hacer nudos con la lengua, pero no sabemos que siempre mengua, se caen las ganas de vivir y se rompen en mil brazos que abrazan confiados el espacio de aire donde somos los mismos jodidos extranjeros sin papeles con una patera construida con el miedo de vivir con miedo. Me voy para conocer, para abrir los ojos quizás en otra vida, quizás en la misma muerte, necesito vivir con miedo al amor y con amor al miedo de vagar por el medio de la misma carretera que nos divide a todos, los que van y los que vienen, separados por una línea indivisible o por una continua, solamente sé que lo que siento continúa.

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