martes, 20 de marzo de 2007

A. Magno

Bueno bueno, es como si lo estuviera viendo...esos ojos que todo lo devoran y atraen buscando la señal que se dirija hacia un cofre que al final siempre se encuentra, puede ser un tesoro o un pergamino, la pregunta es, ¿ qué valdrá más ? ¿ es necesario estar metido en una caja con música que pinta tanto los oídos como los rasga ?
Algunos creíais que la caja no se podría abrir, tú me dijiste que había abandonado tras esa cortina interrogante que arrastra siempre a una contestación jocosa por mi parte, pero me jode realmente no expresar lo que desconozco, no creas Sr. Magnánime que estoy dibujando una fina y ligera duda que recubre a una explicación, no por Dios®, no. Tengo tres millones diecisiete mil doscientas ocho razones para arrodillarme ante usted antes que ésta.


¿Abandoné la pluma en algún rincón de esos que por mucho que los evites siempre acabas descubriendo ? No lo sé, pero no la perdí, siempre la tuve conmigo, lo que se exilió al infierno fue el tintero y mi pluma se secó, pero siempre encuentro un amigo que alimenta mi ego, y tú pecas, y yo peco.
Gracias.

1 comentario:

nituniblog dijo...

La necesidad mueve a la acción.
De ahí que haya hambrientos que perpetúan su agónico estado con un pedazo de comida cada día. Otros, mueren por la imposibilidad de conseguir nada, los menos, consiguen salir de la pobreza.
Ni siquiera los que mueren ven claramente donde esta la linea que separa un estado de otro, a veces ni aún cuando están a punto de sobrepasarla.
Tú escribes a veces, a veces creas realidades en tus fotografías. Las dos son formas de escapar al hambre. La necesidad también te mueve, de otra forma.
Sabes y se, que morir y no escribir son realidades tan diferentes que dan verguenza comparar, pero la literatura no ha jurado respeto a ningún tipo de censura. Dame esa licencia para concluir:
"Escribe si te mueres de hambre. Escribe para sobrevivir, y si puedes, si te dejan, escribe para comerte el mundo".