domingo, 17 de diciembre de 2017

Frío

Dos pozos negros brillantes, llenos del misterio que la oscuridad sugiere. Un bostezo delante del espejo, me miro en tus ojos y apagas la luz. Lo llaman Big Bang. Yo prefiero darle tu nombre.

Una jabalina voladora que se estira como recién levantada. Cóncavo y convexo, cóncavo y convexo, al fin y al cabo tan sólo somos besos de esos que no se dan las estrellas en la pantalla, que nos andamos por las ramas cuando lo que en realidad queremos es irnos a la cama. 

Tu cuerpo, celeste. Medicina para la peste. Puedes pasarte por mi esquina, te daré amor cueste lo que cueste. Soy puta de un solo cliente. Te invito a entrar en mi mente, tengo mil laberintos llenos de serpientes diferentes, de todos los colores salvo el de tu lápiz de labios.

Voy a coserme los párpados con la cremallera de tu sonrisa, pegado a esta cornisa sumisa de la brisa que te traiga de vuelta.




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