jueves, 8 de septiembre de 2016

Sonia del Amo

Y en la puerta un corazón. Demasiado pequeño para ser el tuyo.

Hoy me dijeron que te habías ido sin hacer las maletas, que ya no estabas y que en el bar se ha hecho una grieta con tu ausencia que ha multiplicado las grietas fuera de él. Que te llevaste la música a otra parte.

Silenciosa.

Ahora todos nos preguntamos por qué, frunciendo un ceño extrañado e incrédulo que no quiere abrir los ojos ni escuchar lo que no puede evitar sentir.

Me hubiera gustado darte un último abrazo.

Hoy volveré.

Hasta siempre querida Sonia.

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