jueves, 4 de abril de 2013

La chistera y el no cumpleaños

Esos chicos fuman vitaminas. Leen entre los surcos del barro del parque desde sus mullidos bancos de algodón. 
Como aquella preciosa chica que vendió su himen para hacer rodilleras a las niñas que querían subir nota. 
Como la nota que dejó la mujer del respetado profesor antes de volar para volarse la tapa de los besos que se perdieron y que nunca se dieron. 
Como se perdieron en el laberinto, buscando la aguja del reloj de la heroína, Superwoman y ese pobre desgraciado de Rufus. Para matar la necesidad, construyeron una cabaña con cartas de corazones, huesos de un conejo que se encontraron en estado de putrefacción y el cadáver de una niña rubia, que aparentaba cierta belleza escondida en el pasado anterior y que antes de morir, les contó la historia de cómo había vendido su himen para meterse el pico que poco después la mataría.

1 comentario:

Estefanía dijo...

Extrañamente interesante
Saludos