jueves, 3 de noviembre de 2011

Demasiado tarde

Se rajó con la primera hoja que cayó desde el otoño, pensando que así podría dar algo de color al mustio marrón embarrado que decora las suelas del olvido, plástico de cara b que nunca nadie escucha.
Cayó esa hoja puntiaguda en picado afilado, entró en su piel fantasma y apretó el émbolo hasta el fondo. Ella se arrugó y se vació de aire unos segundos. Cerró los ojos. Tan sólo quiere soñar.


1 comentario:

conbotasrosasye_yé dijo...

Cuanto la entiendo a ella.

Una sonrisa que sortea las gotas de agua de tormenta.