sábado, 18 de noviembre de 2006

Cardiopatía

Lástima que hoy se me olvidara darle cuerda a mi reloj,
hoy leo en tus ojos una tira cómica de mí, sístole.
Risas de hojalata mienten, murmuran sedantes,
suspiran, conspiran, suicidan apuntando al cielo de tu boca, diástole.
Rompí aquel jarrón hecho con los trozos de esperanza que me sustentaban.
Ahora estoy solo, como antes, como siempre,
no tengo sombra, antes un trapo negro apolillado me seguía,
pero me adelantó hace tiempo porque tenía prisa.
Un árbol me da cobijo, me ofrece una bufanda de madera
que yo acepto como remedio a mi insensatez,
la batalla coronaria remitió el parte del soldado muerto, llamadme héroe.

No hay comentarios: