Se han liado el cargador del móvil, el cable del ordenador y mis pensamientos en un nudo que traga mis dedos portadores de paz. Tú a un lado y tú al otro.
La vida de la vertical caerá por su propio peso y formará una crisálida con el mapa del camino a casa. El tesoro, la espada y el parche son tan sólo escarcha que la luz devora a paso de gusano, lento, firme y dejando una estela de baba como un recuerdo de lo que fue.
Todos volvemos solos a casa, unos follan carne contra carne y otros con la almohada y tú quizás no lo sabes, pero copulas con mis palabras.
¡Abracadabra!
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